Seamos sinceros ¿quién de nosotros no ha soñado con tener una moto rutera, cómoda y que nos permite hacer viajes con nuestra aparecen nuestros amigos hasta el fin del mundo? Y seamos aún más sinceros ¿quién de nosotros no soñó, cuando consiguió su primer carné de moto, en hacerse fantásticos viajes a la playa o la montaña? Pero todos teníamos un problema: nos faltaba experiencia para llevar esas motos “tan grandes, comodonas y con gigantescas maletas” que llevaba los motoristas de verdad.

Y no sólo experiencia, sino dinero. Está claro que en la referencia máxima de moto rutera, especialmente en Europa, ha sido siempre BMW con su familia RT. Excelentes motos, pero desde luego no asequibles para cualquier bolsillo, y menos para cuando tienes el carnet tierno aún en el bolsillo. Muchos, como máximo, se pueden plantear una moto de segunda mano, y desde luego una super rutera no entraba en esos primeros planes motoristas… Pero todo eso puede cambiar.

Me sorprendió mucho cuando vi esta MITT GT-K, no sólo por su aspecto, que realmente da muy buena impresión, sino cuando me comunicaron el precio. Y después me volví a sorprender cuando me dijeron que además se podrá (no aún en este momento) llevar con el carnet A2 recién sacado. Es decir, ¿que existe la posibilidad de una super rutera al estilo de la 1200 o 1250 RT de mi vecino, pero por un precio que puedo pagar y que sea fácil de llevar? Pues si.

Lo primero que se pregunta todo el mundo es que cilindrada tiene. La verdad es que los chicos de MITT no han disimulado (ni falta que hace) la similitud con esas BMW RT, porque precisamente es el público “aspirante” a esas motos los que suspirarán por las GT-K. El mismo frontal ancho con deflectores laterales, la misma pantalla alta y regulable electrónicamente, asientos anchos y super cómodos, y unas placas laterales que simulan las tapas de culata de un motor bóxer, pero no. Aquí tenemos un bicilíndrico paralelo, la configuración de moda para casi todo tipo de motos de gama media, de 730 cm³. Proporciona 75 CV, con un funcionamiento realmente lineal y muy adecuado al uso más o menos novel y/o más o menos tranquilo para una moto así. Este propulsor está encajado dentro de un excelente chasis doble viga de aluminio, algo sorprendente (por su calidad) en una moto de este precio. Los puños están situados en unos manillares provenientes de unas larguísimas torretas fijadas a la tija, lo que consigue que los brazos vayan elevados y cómodos. Justo delante tuyo, tras la pantalla, te encuentras un alojamiento con tapa desplegable para colocar elementos que necesites tener accesibles, como el móvil, la cartera o las llaves del garaje.

Su peso declarado es de 225 kilos, pero eso, en una moto tan rutera como esta, es solamente una referencia porque de montar sólo, a con pasajero y las maletas llenas, la variación de peso es abismal. La iluminación se encarga a unas espectaculares ópticas LED que le dan cierto aspecto de alienígena amable cuando ves el frontal

¿Es escasa la potencia, o suficiente? Eso te lo comento en la prueba, que puedes ver en el apartado siguiente. Pero claro, una moto super rutera no solamente un motor, sino toda una serie de elementos que la rodean, desde la comodidad hasta la facilidad para navegar por el menú electrónico. La verdad es que, uno de los trucos de las motos de origen chino (lo cual ya no puede ser una crítica desde hace años, porque todos sabemos las excelentes motos que actualmente llegan de allí) para conseguir esas motos con esas “imposibles” relaciones calidad-precio, es la casi total ausencia de ayudas electrónicas, como en este caso.

Por supuesto cuenta con inyección electrónica, pero en cuanto a ayudas tenemos un ABS, de excelente comportamiento con componentes Bosch y Brembo en la bomba y las pinzas radiales. El amortiguador trasero (80 mm de recorrido y regulable precarga de muelle) está instalado horizontalmente, justo bajo el motor, mientras la horquilla invertida tiene 41 mm de diámetro, con 80 de recorrido y regulable entre carga y extensión de hidráulico. Por si fuera poco, en las llantas de 17 pulgadas (120 de ancho delante y 180 detrás) instala de serie unos realmente buenos Pirelli Ángel GT ¡Otro buen detalle!

Además, tiene regulación eléctrica en los asientos calefactables y en la gran pantalla frontal, que la puedes subir y bajar apretando un solo botón. Por supuesto, una gran GT ha de tener grandes maletas, y aquí las tiene, de 20 litros y con apertura remota. Además, la llave también es de activación remota, algo maravilloso sobre todo cuando llega el invierno, y con el frio no quieres quitarte los guantes para sacártelas del bolsillo.

¿Más elementos perfectos para el motorista novel? Pues el asiento está a 780 mm. del suelo, así que los pies se apoyan perfectamente aunque seas más bien bajito, o bajita. Y si te gusta llevar complementos electrónicos como GPS y similares, cuenta con tres tomas de corriente: una de 12 voltios, USB y UBS-C. Otro detalle de origen claramente oriental son las gigantescas barras protectoras laterales, realmente útiles en caso de caída, aunque sea en parado.

Y un elemento que también la distingue de otras super ruteras GT del mercado es su transmisón. Aquí tenemos una cadena tradicional en lugar del habitual cardan de este tipo de motos. La cadena es más sencilla, más barata, más ligera, pero tiene más mantenimiento periódico y hay que engrasarla con frecuencia frente a la transmisión «tipo coche» como el acorazado y pesado cardan. Cuestión de gustos, pero habida cuenta del espíritu sencillo y asequible (a todos los niveles) de este modelo, no me parece una mala opción.

Una moto que ya se acercó al concepto de esta MITT, el de conseguir una GT asequible para noveles fue, precisamente, BMW, con la F 800 GT hace ya muchos años, aunque lo cierto es que la moto no triunfó en exceso. La idea siempre me pareció buenísima, pero ahora centrémonos en esta MITT GT-K.

¿Cosas que mejoraría en la MITT GTK? Por ejemplo, la accesibilidad y fácil regulación del amortiguador trasero, porque de serie va reglado muy cómodo y suave, que es lo mismo que decir muy blando, y cuando alguien se monta o cargas peso detrás, aparte de que quisieras más dureza, el peso hunde lógicamente la moto y no es fácil desplegar la pata de cabra a dar con el suelo. No estaría de más una regulación remota mediante un pomo situado en un lateral, para facilitar un ajuste especialmente importante en una moto de esas características.

En cuanto a la horquilla, la verdad es que cumple con respecto a las prestaciones y peso de la moto (tarado suave, pero eficaz), y esa simplicidad de su regulación juega a favor para el potencial cliente de esta moto: un aspirante a rutero que necesita ajustes muy sencillos y accesibles. Los frenos, algo fundamental en una moto con tanta carga imposible peso añadido como esta, las redes que funcionan perfectamente. No es que sean el mayor ejemplo de mordiente, pero desde luego son tremendamente dosificables, y con una potencia de frenada que te para dónde quieres, pero que desde luego no te asusta con un tacto agresivo.

Por otro lado, no estaría de más un asiento regulable en altura, o la opción de que te ofrezcan de serie en el concesionario alguno más grueso y acolchado, para tener por lo menos tres tamaños, entre otras cosas para que sea asequible para usuarios de distintas alturas. También a los protectores anti caída pueden ser (lo son, de hecho) muy eficaces si se te cae la moto, pero feos, ¡son feos de narices!

También, como buena rutera, no sería mala idea equipar al menos control de velocidad para largos viajes, y otro tipo de ayudas electrónicas no estarían de más… pero, francamente, eso necesitaría un acelerador electrónico y, para muchos, tanta ayuda electrónica es rizar el rizo y nada más que complica la conducción. Y, muy importante, si se las pusieran, repercutiría en el precio y esta MITT GT-K perdería su principal baza en el mercado: una relación calidad precio absolutamente, al menos, sorprendente

Es una moto fácil de llevar, con un motor que sientes vibrar en casi en toda la gama revoluciones, aunque no llega a ser molesto. Como referencia, desde luego no vibra más que las antiguas BMW R 1150 o 1200 RT, y toda una generación (y dos, y más…) nos hinchamos a hacer kilómetros con ellas y éramos felices, así que… todo está bien. Tiene bajos, medios y una buena capacidad de recuperación que, evidentemente, es mayor cuando ruedas sólo que a plena carga, pero también el embrague es eficaz y muy dosificable. Su velocidad media “natural” sería de los 130 km hora, y se puede rodar más rápido pero, aparte de ilegal, ya si que notarás que el motor va algo más forzado según pasan los kilómetros. Desde luego, si lo necesitas puedes acelerar hasta rondar los 180, pero recuerda que es una GT tranquila. En esos 130 (si, es ilegal rodar a más de 120, lo sé…) los consumos se mantienen realmente bien, la protección aerodinámica es prácticamente perfecta y la estabilidad te mantiene cómodo pilotando.

El cambio funciona perfectamente, con las marchas suficientemente abiertas y embrague suave. Como añadido, cuesta mucho menos moverla en parado que otras del segmento con cardan, porque recuerda que aquí tenemos una cadena, mucho más ligera y con menos rozamientos. No es que sea una moto ideal para mover en tu garaje, por ejemplo para aparcarla, pero cuando tengas que hacerlo, notarás que la rueda trasera está «más libre» que en una BMW RT, una Honda PanEuro o Una Kawa GTR, por ejemplo. Todas con cardan sin mantenimiento, claro.

 En cuanto a la gran pantalla digital central, desde luego la visión de todos los detalles está bien, y aunque el diseño tanto de la apertura cuando presionas el botón de ON- recuerda que la llave es remota, excelente detalle- recuerda un poco a el capítulo de un manga japonés, todo está bien indicado. Tanto la temperatura de los puños, del asiento o la apertura de las maletas las puedes controlar por la gran botonera que hay sobre el depósito, por lo que todo está bien, así como bajar o subir la pantalla frontal que te protege del aire, además de incorporar buenos deflectores laterales detrás de los retrovisores. No olvidemos que también tiene tomas de aires en los laterales del carenado a la altura de las piernas para derivar el calor del motor cuando lo necesites, lo que es todo un detalle para la conducción en invierno.

Recuerda algo fundamental: que es una moto que cuesta menos de 12.000 euros y te permite una un disfrute del Gran Turismo mucho, mucho más caras, y desde luego más sofisticadas, pero una sofisticación que muchos no pueden, o no quieren, pagar, quizá porque tampoco la disfrutan ni la necesitan. Así, estás en ante una opción mucho más que lógica e inteligente para disfrutar de largos viajes por un precio que todavía no me termino de creer, y unos consumos que, de media e incluyendo ciudad (donde se nota el peso en el continuo arranca-para clásico del pilotaje urbano) se me ha quedado al límite de los seis litros. Oficialmente se declaran menos de 4,6, pero desde luego yo no los he conseguido.

Cuando te paras o aparcas y te preguntan sobre ella, nadie se cree el precio y todos los complementos que tiene estoy seguro que conseguirá una gran base de usuarios que siguieran la marca MITT mucho más de cerca que hasta ahora. Además, tras esta GT-K recogí para probar otra unidad, en esta ocasión una custom de media cilindrada, que confirma la excelente calidad (y precios) que parecen ser parte del ADN de esta marca… Y de esa custom ya hablaremos dentro de poco.

LIKE: relación calidad precio difícil de creer. Comodidad general. Ser la primera super rutera GT asequible con el carnet A2.

NO LIKE: potencia de motor justa. Sin opciones de regulación de altura de asiento. Acceso a regulación del amortiguador trasero.