Yamaha creó una familia de motores en que el tricilíndrico es uno de las opciones más acertadas, desde uso deportivo hasta turístico, como podemos comprobar en esta GT.

EQUIPACIÓN: MOORE, SEVENTY DEGREES, MT HELMETS

Cuando Yamaha presento la primera MT allá por el 2005, fué una naked gigante bicilíndrica de estilo retro, y nadie pensaría que poco más tarde evolucionaría hacia unas naked rabiosamente deportivas que, a su vez, tuvieron varias familias, de las preciosas y polivalentes retro XSR hasta las ruteras Tracer, que han contado con el favor del público… lógico teniendo en cuenta su polivalencia y efectividad. Además, para los más ruteros, Yamaha presento la versión GT con maletas, pantallas más grandes y varias modificaciones que la hacen todavía mucho más adecuada, válida y cómoda para viajar. Así, ahora tenemos la versión más reciente con varias novedades que os citamos ahora mismo.

Por ejemplo, el motor ha subido de cilindrada para compensar así la pérdida de potencia que consiguen las nuevas restricciones Euro. Ahora tiene 890 cc reales (antes 847) puesto que los pistones tienen 3 mm. más de diámetro, y aumenta el par (especialmente interesante como rutera) en un 7% y la potencia en 4 cv.

Ahora tiene 119 en este motor CP3, es decir, Crossplane de 3 cilindros, que pesa 1700 gr. menos, a lo que hay que añadir (o restar, depende de cómo lo mires) 1400 menos del escape completo. Con todo esto, anuncia un 9% menos de consumo, por lo que declara una autonomía de 350 kms.

Además, el motor se ha reubicado más vertical, a 52,3 grados en lugar de 47,5 de antes. Para mejorar la estabilidad la GT tiene un basculante 60 mm. más largo, aunque la distancia entre ejes se mantiene como antes: 1500 mm.

También incorpora luces led con un carenado rediseñado más afilado y agresivo, pero su pantalla regulable en 50 mm en 10 puntos con 5mm de diferencia.

PRUEBA YAMAHA TRACER 900 GT: CÓMO VA.

Es una moto estrecha, manejable y con un motor con buenos bajos, medios y que estira en altos casi como uno de cuatro cilindros, por lo que para un uso turístico- a priori- parece la opción perfecta. Aún así, el tacto en bajos, sobre todo al salir en primera, es algo áspero como en casi todos tricilíndricos, aunque se ha mejorado mucho en este modelo, además de que todas las ayudas electrónicas y mecánicas (nuevo embrague, por ejemplo) te ayudan a hacerlo mejor.

Por otro lado, la electrónica es súper completa desde control de tracción a curvas de potencia, control de par motor y regulación del shifter y el blipper. No obstante, los modos de conducción también tienen un nombre un poco (demasiado) técnico cómo es D- mode en 4 niveles, y se agradecería que su denominación fuera más convencional, como gran parte de la competencia que tiene nombre del tipo “Urban” o “Rain” para la más suave, “Road” o “Sport” para la media y “Racing” o algo parecido para la entrega más reactiva. ¡Potente, vamos! Esto ayudaría porque resulta mucho más instintivo, y en medio de tu viaje o zona de curvas favorito no tienes que ponerte a pensar en que “mode” estás.

 No obstante, y como en todas las motos que tienen gran carga electrónica, le terminas cogiendo el truco con el tiempo, el uso y los kilómetros. Por ejemplo, otro detalle interesante es que tiene dos pantallas digitales de mandos en y una puedes «programarla» para ver información qué necesitas entre 4 opciones… aunque son TFT en blanco y negro, como si estuvieras  pilotando la Nostromo, la nave de la primera versión de Alien. LCD con colorines sería más bonito, y distinguirías mejor todas las figuras y datos.

También otro detalle qué mejoraría, sobre todo en una moto con el apellido GT, es que el aviso de autonomía fuera de km totales, no que empezase a indicar cuando entra la reserva cuando ya puedes estar en riesgo de no encontrar una gasolinera. No obstante, por lo demás lo que más resalta es la polivalencia.

Al ser estrecha, potente y con una muy buena parte ciclo, logra ser una moto tremendamente divertida en una excursión de fin de semana y muy manejable en ciudad. En autopista su rendimiento es perfecto, sobre todo con la pantalla regulable manualmente que puedes subir o bajar en marcha. A ciertas velocidades (más bien altas) flota un poco la dirección, pero esto posiblemente sea debido a las turbulencias que forman las maletas (muy bien integradas y con buenos y discretos anclajes, por otro lado) y sobre todo el baúl trasero que equipan nuestra unidad de pruebas.

Hay que tener en cuenta que la horquilla tiene regulación electrónica, por lo que cuando la regulas en la posición más firme, los hidráulicos quedan duros y esto lo notas claramente, con lo que deberías apretar también el amortiguador trasero muy fácilmente por el pomo externo que puedes ver en esta foto, para equilibrar y evitar esa flotación delantera.

El trabajo de catalización de este motor ya Euro 5 se nota en una respuesta en bajos muy suave- o menos contundente, como prefieras llamarlo-, a pesar de declarar 4 caballos más que la versión anterior de 115 antes contra los 119 actuales, pero los consumos siguen siendo realmente bajos (arriba puedes leer lo que declara Yamaha al respecto) no llegando a 6 de media incluso con ritmos alegres y prácticamente a plena carga. Su velocidad máxima, y si quieres viajar realmente rápido en países como Alemania (en España no, claro, que te juegas serios problemas legales) desde luego podrías hacerlo por encima de los 200 km/h. Desde luego, a la velocidad permitida aquí, los consumos rondan los 5 litros.

Como ya hemos dicho, la amortiguación delantera es electrónica regulable en 2 posiciones (con el recorrido de la horquilla 30 mm. menor), e incorpora el excelente detalle de unos puños calefactables de serie regulables en 10 niveles, lo cual es toda una bendición cuando el frío aprieta. Así, el que quiera una moto para todo, y además para viajar ya sea solo o en pareja, aquí tiene la opción perfecta qué combina polivalencia, facilidad de pilotaje y una grandísima comodidad en marcha, con un asiento cuya altura puedes regular en 2 posiciones.

Aparte de una navegabilidad de todo el sistema electrónico- que me costó un poco aprender-, por lo demás lo único realmente criticable para un uso rutero es los tirantes de la tapa del transportín, que no lo mantiene elevado y tiende a cerrarse cuando estás colocando todo tu equipaje dentro. También las piñas están tan saturadas de botones, joysticks y piezas, que la izquierda te hace algo complicado manipular algunos pulsadores, como el de los intermitentes.

Pequeño detalle si tenemos en cuenta todo lo que proporciona esta moto, su nuevo diseño, ligereza y polivalencia, por un precio inferior a 15.000 €.

¡Buena compra, si señor!

PRUEBA YAMAHA TRACER 900 GT: LIKE-NO LIKE

Like-polivalencia- Ayudas electrónicas. Manejabilidad cómo moto rutera.

No Like-denominaciones y algunas ayudas electrónicas. Soporte tapa transportín. Accesibilidad algunos pulsadores piña izquierda.

FOTOS PRUEBA YAMAHA TRACER 900 GT