Cualquiera que tenga una gota de pasión por las motos en sus venas, sabe lo que es una Pursang. Pues ese mítico nombre ahora vuelve… con motor eléctrico.
Pues sí, la Pursang fue una mítica Bultaco nacida en el año 1967 de mano del mismísimo Paco Bultó, y sin duda fue uno de los modelos que marcó la estética, el nombre y el mito de la marcada del pulgar hacia arriba. Su nombre proviene de la rivalidad entre la fábrica inglesa que creó la Mettise (Mestiza) con motor Bultaco, y entonces Bultó creo su propia moto Pura Sangre. De ahí su nombre.
Este modelo creó miles de seguidores a lo largo de los años por todo el mundo, y uno de ellos fue Jim Palau, que registró hace tiempo el nombre (si, estaba libre para ser registrado) y hace ya tres años decidió comenzar su sueño. Como os imagináis, este era fabricar su propia Pursang.
Y, claro, con los tiempos que corren, una excelente idea fue crear un modelo urbano pero con estilo, polivalente para el día a día, pero elegante y que recordase a los modelos clásicos. Fruto de la fiebre “vintage” que nos invade, lo adecuado era montar un motor eléctrico para además situarse como un modelo vanguardista y tecnológico…, Y así ha sido.
No es la única, pero desde luego si una de las motos eléctricas urbanas y convalidadas (o sea, que se puede conducir con carne de coche) que además es bonita. Funcional, práctica y lo que tú quieras, pero también bonita. Aparcada en cualquier punto de la ciudad llama la atención por su sobriedad y belleza, tal y como pudimos comprobar durante esta presentación en una zona urbana totalmente nueva en las afueras de Madrid, y que nos permitió conocer todo sobre ella y probarla en marcha.
Claro que llega el momento en que te preguntarás “¿y esto cómo va?”. Pues aquí te lo contamos.
PRUEBA PURSANG E-TRACK: CASI PILOTOS DE PRUEBAS
De este modelo se han fabricado de momento 24 unidades, y muchas de ellas todavía ni han rodado, por lo que aquí teníamos dos para que los periodistas la probáramos, diésemos nuestra opinión e hiciésemos fotos y vídeo por parejas. Nuestro grupo, en que me tocó con mi amigo Dani “Racing” (por otro lado, entusiasmado y profundo conocedor de todas las motos clásicas españolas y de parte del extranjero), fue el segundo, por lo que nos sentíamos casi pilotos de pruebas desarrollando un prototipo. Bueno, es un poco exagerado… ¡pero sí que teníamos sensación!
Técnicamente, esta Pursang equipa toda la electrónica y baterías de Bosch. Se podía haber elegido otra marca más asequible, pero nos comentaron que quisieron trabajar sobre seguro, con unas baterías fiables, encontrarles y con recambio asegurado. Para el resto, toda la equipación es fabricada en nuestro país como el chasis de cromo molibdeno, los frenos J Juan (que, por cierto, ha sido comprada recientemente por Brembo), amortiguación Ollé o piezas plásticas impresas por tecnología 3D por la factoría 3DFactory Incubator de Barcelona. Por otro lado, gran parte de la carrocería es de fibra de carbono, con horquilla de 41 mm y amortiguador trasero regulable en precarga.
La ergonomía es prácticamente igual que una “scrambler”, puesto que equipa llantas de radios con ruedas mixtas… Que quedan preciosas pero que, para un uso estrictamente urbano y asfáltico, podrían ser más de carretera. El caso es que, con ellas, el asiento está a 815 mm que, aparte de no ser muy elevado, realmente es que es tan estrecho que el arco de las piernas es muy reducido y te permite llegar sin problemas con los pies al suelo. Además, el peso total es de 149 kilos y, con el manillar alto, es realmente manejable.
Y nos ponemos en marcha. Puedes elegir entre tres modos de conducción, cuyo caballaje final es siempre el mismo (11 kW, 15 cv, para poder ser homologada para el carnet A2 para usuarios de coche) pero con tres curvas de más tranquila a más contundente, lo que también afecta a las autonomías. Así tenemos los tres modos con nombres “modern fashion” como Go, Boost y Cruise (de mayor a menor contundencia) con 140, 120 y 115 kilómetros de autonomía respectivamente.
Como cada vez que te montas en una moto eléctrica nueva, has de tomarle el tacto al acelerador, y en esta ocasión (que salí de nuevas con el modo Go, todo sea dicho…) cada grado de acelerador se convertía en un impulso hacia delante con un zumbido del motor eléctrico que me hacía parecer pilotando el Halcón Milenario. Realmente, este motor sí que suena mucho por el convertidor de par, según nos explicaron. Su velocidad punta está limitada a 110 km hora, que alcanza sin problemas puesto que el par continuó clásico de los motores eléctricos lo permite. Realmente es suficientemente rápida para un uso urbano y extraurbano, porque también salimos a rodar con ella un pequeño tramo por una las circunvalaciones de la capital.
El chasis tiene un comportamiento perfecto, y eso que nuestra primera unidad parecía necesitar mayor solidez o simplemente apretar la precarga del amortiguador trasero. Tras las fotos, cambié mi unidad por la de mi compañero, y entre saltos y algún bache (o socavón, según lo mires) que buscamos para poner en algún pequeño aprieto a la amortiguación, el funcionamiento de la horquilla y el amortiguador fueron mucho más suaves y progresivos. De hecho, sorprendentemente buenos para una moto puramente urbana.
Para llega el momento en que te preguntas “¿Y cómo se carga la batería?”. Pues bien, una buena idea ha sido incluir el cable enrollado en una tapa lateral y, abriéndola, lo despliegas y puedes conectarlo a cualquier enchufe convencional (importante detalle). Si las baterías estuvieran a cero, una carga total sería de seis horas.
Más detalles. Los frenos simplemente sorprenden por su efectividad, e incluso el trasero era demasiado agresivo. A la hora de parar no era nada difícil marcar el suelo con largas derrapadas, también teniendo en cuenta que los neumáticos mixtos tienen más tendencia a deslizar sobre asfalto que unos convencionales.
Como siempre, os daremos mucha más información en una próxima prueba a fondo. Por ejemplo, me quede con las ganas de saber cómo se comporta con pasajero o como se maneja en un tráfico mucho más denso del que encontramos, pero desde luego la noble saga Pursang encontrado un excelente modelo en el que “renacer”, a pesar de que muchos puristas se echen manos a la cabeza por equipar un motor eléctrico. Como en todo, hay grados, clases y calidades, y esta Pursang va por el buen camino de ser una gran moto.
Y fabricada aquí, como lo fueron sus antepasados, con un gran éxito internacional según parece. No solamente se va a vender en Alemania, Suiza, Italia, Holanda, Reino Unido y Francia, sino que en países en que la marca Bultaco y el modelo fueron legendarios como Estados Unidos, han recibido gran cantidad de pedidos.
¡Vamos allá!