Un Desafío en moto suele ser un evento en el que te entregan un roadbook para que rutees siguiendo sus instrucciones como un GPS artesanal … Así disfrutamos de última edición del #FuengirolaChallenge ¡Os lo contamos!
El roadbook normalmente te lo entregan en un rollo (de papel, claro), para que, siguiendo sus instrucciones como si fuera un GPS, realices una ruta concreta, pases por unos puntos de control, y básicamente te lo pases como un enano rodando, disfrutando vistas y sitios que, de otra forma, sería complicado que conocieras.
Esto, a grandes trazos, describe la #FuengirolaChallenge que organiza IBike Spain (https://www.ibikespain.com/), el cuarto evento de la ya conocida #AndresTrophy, así llamada en honor a su principal patrocinador Neumáticos Andrés (https://www.grupoandres.com/).
Y para tan magno evento, completar la última prueba del año de la Andrés Trophy, tuvimos el privilegio de llevar la flamante BMW R1250 GS Exclusive 2019, la versión con más clase del modelo más vendido de BMW, equipada con casi todos los extras de los que puedes gozar con esta maravilla del ingenio motorista alemán. Pero de la GS te hablaremos en otro artículo, una prueba específica, ¡que se lo merece!
Pero si, privilegio fue el llevar una GS en vez de nuestra tradicional y personal BMW K1300S que, siendo ambas unas máquinas excelentes para largos viajes, la GS está mejor dotada para carreteras secundarias, comarcales y demás tramos de asfalto maltratado que en los desafíos suelen usarse para llegar a los mejores sitios. En este caso, aprovechando el alma maxitrail absolutamente presente en esta moto, hicimos incluso una incursión en terreno off-road acompañando a un grupo que había elegido esa modalidad de Desafío. Pero me estoy adelantando…
Teniendo todo un viernes por delante organizamos la ruta Fuengirola, de algo más de 600km, para aprovechar y evitar las autovías en la medida de lo posible. En viajes tan largos una autovía es tan aburrida como agotadora, y por tanto hasta peligrosa, así que buscar opciones por secundarias te da un viaje mas entretenido, con mas opciones para descansar y mejores sitios para comer. Se disfruta muchísimo más. Y teniendo en cuenta que el domingo había pronostico de lluvias, era cuestión de aprovechar el tiempo.
El viaje nos llevó unas 8h en total. 8 horas en las que pudimos disfrutar de la sierra al sur de Toledo, y las vistas del Parque natural de la Sierra de Cardeña y Montoro, entre otras. Tiempo mas que suficiente para familiarizarnos con el carácter de la nueva BMW R1250 GS de este 2019, aprendernos sus truquitos, gadgets y cosillas, practicar curvas y comprobar su comportamiento ante los distintos modos de conducción. Si quieres, pueds leer la prueba a fondo pinchando aquí.
Una vez ya en Fuengirola, tras el tiempo justo para cambiarse y ponerse “de calle”, nos reunimos con los ya habituales compañeros de estos eventos, entre los que estaban, por supuesto, Conchi Ares y Celestino Castañón, grandes del mundillo y protagonistas del poster del evento con su Honda Goldwing. Los Javieres (cariñosamente llamados así porque ambos, organizadores del evento, se llaman Javier, ¡claro!) en seguida nos hicieron sentir bienvenidos y entre charlas, abrazos y cervezas (que las motos ya estaban aparcadas para la noche) nos íbamos poniendo al día y comentando las distintas rutas que habíamos hecho hasta Fuengirola.
En el tradicional briefing, además de contarnos algunos detalles a tener en cuenta en la ruta y recordarnos tanto la participación de organismos oficiales como la alcaldía de Fuengirola y el cuerpo de la Guardia Civil y que parte de los ingresos se dedican a la ONG Niños de Honduras, esta vez, también, homenajearon a los 63 participantes que, en la edición de este año, hemos completado los 4 eventos. ¡Como si disfrutar de los propios desafíos no hubiera sido suficiente!
No alargamos mucho la cena, que al día siguiente tocaba madrugón. En los desafíos se sale pronto para poder tener tiempo de hacer la ruta con las paradas que sabemos que haremos (además de los controles) para fotos, avituallamientos, necesidades fisiológicas o simplemente por relajarnos un rato tras tantos kilómetros en moto en el camino. Máxime teniendo en cuenta que a estas alturas del año (ya a mitad de noviembre) se hace de noche tan pronto (hacia las 18:30). Así que pronto a dormir y a las 6:30am ya estábamos en pie. Ducha, café, preparar lo necesario para el camino: montar el roadbook, bebida, barritas energéticas, ropa de abrigo, guantes de recambio y traje de agua por si se complica el tiempo, baterías cargadas, cámara, etc… Y a las 7:30 ya estábamos en el punto de salida, el Castillo de Sohail, saludando a todos y preparando para salir con el precioso amanecer que decoraba la escena.
Cuando nos comentaron que la ruta era algo más corta de lo habitual (suelen rondar los 500Km y esta vez parecía ser de algo menos de 400) ya nos avisaron que no nos dejásemos engañar por la distancia, ya que el recorrido sería exigente y revirado. ¡Y la promesa se cumpliría ampliamente! Tramos de 40Km de carretera de montaña, curva tras curva, con vistas como para parar cada 5 minutos a admirarlas. Realmente las descripciones no pueden alcanzar el nivel de una vivencia así, pero aquellos que hacéis largas rutas por parajes desconocidos, y encontráis esas carreteras especiales sabéis de lo que hablo.
Pero no solo de carreteras va el tema, que pasos por poblaciones como Zahara de la Sierra, con su castillo dominando un amplio pantano, hacen que vayas haciendo listas de sitios para volver a visitar con tu propia moto y más tiempo, en otro momento.
Los desafíos en moto son, sin duda, una gran forma de conocer una nueva zona.
Otra cosa que a los moteros nos gusta, además de una buena moto y buenas carreteras para disfrutar… es una buena comilona, ¡y eso lo saben bien los Javieres! En sus desafíos una buena comilona en los mejores sitios está garantizada. En esta ocasión unos buenos judiones y una suculenta carne asada, servidos en un lugar tan especial como el Mojón de la Víbora (https://goo.gl/maps/5peozqiiDhkCwfZo7), hicieron nuestras delicias. Las charlas sobre las experiencias del día, conociendo nuevos amigos y un café para preparar la tarde y en poco estábamos ya deseando salir de nuevo, con renovadas energías.
Algunos compañeros pidieron a Dito, uno de nuestros compañeros de ruta, si podían seguirle por el tramo off-road, lo cual supuso una oportunidad de oro para poner la GS a prueba… o más bien ponernos a prueba a nosotros mismos, ¡que la GS tiene ya un pedigree más que demostrado! Pocas veces podemos tener el privilegio de seguir a alguien experimentado, con la moto perfecta y en un entorno tan espectacular. ¡Las ocasiones las pintan calvas! Así que, sin pensarlo dos veces, decidimos seguirle.
El tramo off-road, principalmente formado de carreteras con asfalto muy fragmentado e incluso inexistente, alguna pista de tierra y sobre todo, más baches de los que he visto juntos en mi vida, prometía ser largo, pero entre la tensión de la nueva experiencia, la concentración máxima de seguir milimétricamente los pasos de Dito y entender las técnicas que se aplican, de forma intuitiva, el tramo se pasó muy rápido. Dicho esto, tan rápido pasó como agotados quedamos…
El tramo que llevaba al último punto de control, a las horas que pasábamos era un constante pasar del sol en los ojos a las sombras de los árboles, haciéndonos reducir la marcha y forzar mucho nuestras ya diezmadas fuerzas, pero las vistas de la costa desde el alto, merecieron la pena. Desde uno de los altos de la Sierra Bermeja (¡creo!) oteábamos la silueta del Peñón de Gibraltar y entreveíamos las costas de Marruecos entre la bruma. Espectacular (casi) final de una ruta que había estado repleta de parajes excepcionales.
El ultimo tramo, por la autovía de la costa, limitados a 80Km/h se hizo francamente pesada y fue ahí donde, sobre la BMW R1250 GS, vi como el sol finalmente desapareció del horizonte. Viviendo en Madrid se entiende, sin embargo, el tramo al inicio y al final de la ruta por autovía. Es frecuente que tengamos que recorrer ciertas distancias para llegar a sitios interesantes, y en este desafío ésta fue la razón. Un barato “impuesto” a pagar por tan buen retorno de inversión.
Terminada la ruta, llegamos a la zona del Puerto deportivo de Fuengirola, donde nos esperaban toda la organización para sellar el último punto con la entrega del ya tradicional diploma. Apenas un pequeño gran trozo de papel que significa (y recuerda) el logro de completar el desafío. ¡Reto superado!
Aparcadas las motos, cerveza en mano, celebramos con charlas e historias, el haber llegado todos a buen puerto (literalmente, jejeje), atentos al sorteo que daba cierre a la parte oficial del evento.
… pero no terminaba ahí el tema, claro…
Agotados, pero contentos, y con ganas de seguir celebrando, este pequeño grupo de ruteros que nos hemos autobautizado “iBikers Team” (por aquello de que solemos coincidir en estos eventos de iBike) nos juntamos y nos fuimos a cenar al restaurante hindú que, descubierto la noche anterior, nos habíamos prometido. Hambrientos y entre risas y mas historias comimos como marajás.
El domingo, tras una buena noche de descanso y con un buen desayuno en el estómago emprendimos la vuelta, esta vez por autovía debido a las condiciones, tanto meteorológicas como físicas (uno debe ser consciente de su estado cuando se sube a una moto, si pretende vivir cierto tiempo).
Una última anécdota define de nuevo a los moteros ruteros que nos dedicamos a estas locuras. Y fue que, en una parada en una gasolinera, para comer algo, estuvimos charlando con Carlos, un camionero cubano, motero de espíritu, con el que compartimos algunas historias mutuas mientras la lluvia borraba el polvo de la GS.
FOTOS FUENGIROLA CHALLENGE EN LA BMW R1250GS
