Ya pudiste leer la primera parte prueba de la Suzuki GSX-8S, donde la probé en carretera, ciudad y uso diario. Para la segunda parte decidí hacerla en circuito, concretamente en el de Almería. Aquí os lo cuento.

Equipación: AGV , Dainese

Desde que vi la Suzuki GSX-8S pensé que sería una buena sport ligera, divertida y perfecta (por ejemplo) para el que busque su primera moto, y usarla para todo. Es decir, para la vida “normal”- o sea, uso diario, ciudad, carretera… lo que viste en la primera parte de la prueba-, pero que también tienen pensado iniciarse en el pilotaje deportivo, ya sea en cursillo o en rodadas de fin de semana con los amigos.

Empecemos por lo principal: la Suzuki GSX-8S declara 83 CV. Muchos dirán que con menos de 100 (o 120, 150 ó 200) no es potencia suficiente, pero está claro que cuando pruebas una buena moto, noble y fácil de llevar, descubres de nuevo que la potencia es importante… pero hay muchas cosas más.

Así que para allá fuimos. Llegamos al desierto de Almería con las temperaturas disparadas, y aparcamos en el circuito la tarde anterior con casi 38 grados a las 8 de la tarde, pero al día siguiente, cuando llegamos ya hacia una temperatura infernal, pero a las 12 era de 40 grados, y a las 2-4… ¡43 grados! Ni Clint Eastwood se hubiera quitado el poncho para disparar, ¡que calor!

Con las ruedas de serie, un par de eficaces Dunlop RoadSport 2, el rendimiento en carretera fue impecable, pero ¿cómo se comportaría en circuito? Bajé las presiones a los habituales 1,9-2,1 para circuito, dejé al control de tracción en el 1. Pensé en anularlo, pero con ese calor era casi seguro perder agarre en algún momento, y Anyoli (jefa de prensa de Suzuki) ya me había comentado que “de caídas, nada”. O sea, mucho cuidado. Por supuesto, el modo de potencia en el A, con la respuesta más inmediata posible.

Así, salí a pista.

PRUEBA SUZUKI GSX-8S: rodar en el infierno

Como os he comentado, una de las principales ventajas de una moto como la Suzuki GSX-8S es su adaptación casi instantánea a su pilotaje, y además ya había rodado mucho con ella en carretera. Por lo tanto, pude rodar razonablemente rápido desde el primer momento. Su dulce motor me permitía exprimir al acelerador con una sensación absoluta de seguridad y, según pasaban las vueltas, si entraba el control de tracción era suavemente, sin mucho intrusismo y sin “despistarte” en tu pilotaje.

Lo que me sorprendió es que, a pesar del terrible calor y el durísimo trato al que se somete a una moto en circuito, los frenos siguieron teniendo casi el mismo mordiente y la misma eficacia según pasaban las vueltas. Esto es especialmente remarcables en las nuevas generaciones de Suzuki, porque en muchos modelos de la primera década de este siglo tuvieron que cambiar muchas bombas de freno porque perdían rápidamente eficacia al recalentarse. Pues ahora no, a pesar de llevar latiguillos de goma que (como todo el mundo sabe) tienden a hincharse con las repetidas frenadas al subir la temperatura del líquido. Vamos, lo que se llama “efecto pulmón”. Por eso, una de las primeras modificaciones muy eficaces y muy baratas en cualquier moto es, precisamente, instalar latiguillos metálicos. Pues en esta GSX-8S aguantan bien seis mangas.

Lo mismo ocurre con la amortiguación. Es muy simple y con poca regulación, pero son las prestaciones, agilidad y peso de esta naked, lo cierto es que la horquilla (sin regulación) se muestra suficientemente firme y el amortiguador trasero queda muy justo de prestaciones, pero también cumple. A este respecto, si que se echa de menos (como en carretera) una mayor accesibilidad a la única regulación que permite: la precarga de muelle. El subchasis y otras piezas hacen casi imposible poder acceder a la tuerca almenada que comprime el muelle… Un punto claramente a mejorar.

La ergonomía es muy relajada, pero tu posición y el diseño del manillar permite cargar delante el suficiente peso para controlar bien la dirección con su progresiva aceleración y la velocidad punta (en la larguísima recta trasera) que permiten sus 83 CV. En mi caso, rocé los 200 km/h, pero no pude rebasarlos, cuando con otros modelos más potentes lo habitual es llegar mucho más rápido.

Sin embargo, en la “casi” chicane que hacen la curva de final de recta y la de entrada a meta (aquí sí que no habría venido nada mal bajar un poco las tijas), la trazaba casi instintivamente y sin ningún esfuerzo, por lo que en las zonas reviradas era donde había que aprovechar para recuperar algo de espacio respecto a los que te habían “abrasado” en las rectas.

¿Motor? Perfecto en cualquier circunstancia, y eso que con la sofocante temperatura incluso en marcha, la Suzuki estaba rodando a 105° de temperatura, que alcanzaban los 115 al llegar al box ¡Una locura! No sufrió ningún bajón de potencia, ninguna tos ni nada similar. Siempre el empuje a la rueda trasera al servicio de tu muñeca derecha. Por otro lado, con su discreto empuje, había muchas zonas del circuito que se hacen en segunda, hasta prácticamente cortar encendido por encima del a 12.000 revoluciones para tener buena tracción, que por otro lado a veces puedes graduar bien gracias a un embrague perfectamente dosificable, una de las características históricas de cualquier Suzuki.

Otro detalle del excelente comportamiento del motor: el consumo. A pesar del inmisericorde trato recibido, el consumo no sobrepasó los 8 l en un momento. De hecho, apenas se quedó en 7,5. Algo realmente increíble con el machaque que sufrió.

PRUEBA SUZUKI GSX-8S: conclusión… en circuito

Después de muchos años de, digamos, letargo, Suzuki parece que vuelve a sacar nuevas, grandes y disfrutables motos. Este motor 800 bicilíndrico, personalmente, espero que marque la pauta de los bicilíndricos medios como lo hizo el excelente V2 a 90° de las SV o Strom 650. Esta naked sport ligera y de líneas agresivas se convierte en un modelo realmente dulce, eficaz y disfrutable en cualquier momento, y apostaría a que, si fue capaz de rendir bien en el infernal circuito de Almería durante esta prueba, no te fallará ni te dará ningún problema nunca jamás.

Se dice que Suzuki ya está en vías de renacer modelos míticos como la GSXR 1000 para poder ser disfrutados en zonas “sufridoras” de las normas Euro como Europa y, por lo tanto, todos los que estamos leyendo esto. Si lo hacen tan bien como con esta GSX-8S, Suzuki tendrá el éxito y el favor del público de su lado… Otra vez después de años.

PRUEBA SUZUKI GSX-8S: LIKE-NO LIKE (en circuito)

LIKE: manejabilidad. Ergonomía relajada. Aprovechamiento del motor y electrónica fácil.

NO LIKE: regulación amortiguador trasero casi inaccesible. Potencia máxima mejorable. Penetración aerodinámica.

FOTOS PRUEBA SUZUKI GSX-8S (2ª parte)