La exposición Chupas & Parkas es la más interesante que un motorista puede ver. Nos cuenta la época en que Rockers y mods batallaban en nuestras calles… en moto. Sin duda, un pedazo de nuestra historia
Los finales de los 70 y principios de los 80 fueron una época muy convulsa en nuestro país. Un dictador con 40 años en el poder acababa de morir, y de repente llegó un tornado de libertad que hizo temblar a todos, pero más aún a la juventud. Eso se reflejó en la creación de multitud de tribus urbanas, entre los que fueron más representativos y protagonizaron más enfrentamientos y violencia fueron los propios y los “mods”. Realmente, como sabrás, eran movimientos culturales y sociales venidos de fuera, concretamente de Inglaterra, y gran parte de su imagen provenía de sus motos. El pasado 18 de mayo se cumplirán los 60 años de un enfrentamiento que dio el pistoletazo de salida a la leyenda que hay sobre estas dos tribus culturales, la que se ha conocido históricamente como la “batalla de Brighton”. Esta ola cultural se reflejó en muchas películas de la época, siendo la más famosa con diferencia Quadrophenia, donde uno de los protagonistas es el mismísimo Sting.
Los rockers llevaban, originalmente, las motos que hoy llamamos “retro” o “vintage” de tipo inglés. Es decir, Triumph como las Bonneville actuales, BSA y similares, pero en España la cosa se transformó bastante porque la imagen de los rockers (uno de sus líderes era, por ejemplo, Loquillo) tendía mucho más al custom… Pero en España apenas había custom reales. Es decir, había muy pocas Harley Davidson, marca que por aquel entonces se encontraba todavía bajo el poder del supergrupo industrial AMF. Por lo tanto, todos ellos iban en motos “customizadas” pero de origen nacional, que era lo que había en aquel momento. Es decir, por ejemplo Sanglas con manillares cuelga monos y similares, que era el único modelo con motor cuatro tiempos de la industria española (las demás eran 2T: Ossa, Bultaco, etc.). También coincidió con la demoledora llegada de Yamaha a España, que tuvo un super éxito con las famosas SR 250, de la que hubo una versión custom denominada Special, que inundó nuestras carreteras… Y muchas de ellas siguen rodando. En esta foto puedes ver una.
En cuanto a los mods, el scooter italiano era su imagen por excelencia. Por la cantidad que había rodando por nuestras carreteras, la Vespa era la reina al tener gran implantación en España y una de sus grandes fábricas en Madrid, pero la más valorada era Lambretta porque se importaba directamente de Italia. Vamos, que era considerada como un toque de distinción y exclusividad en la “tribu”.
Gran parte de sus violentos enfrentamientos tenían lugar sobre todo en la capital, y también de movimientos vivió mucha fuerza en Valencia. En cambio, en Barcelona los dos grupos convivieron con bastante más armonía. En Madrid, por ejemplo, al que vivieron aquella época recuerda sus enfrentamientos en la plaza de España y el evento que cerró el mítico local Rockola, verdadero punto neurálgico de “La Movida”. En 1985 un grupo de rockers se acercó a la sala y se enfrentaron con todos los mods que estaban allí, lo que terminó con un muerto. Ésa confirmó la sentencia para que Rockola desapareciera.
Toda esta época de revolución, motos, drogas y rock and roll se puede revivir en esta excelente y preciosa exposición que puedes ver en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, justo enfrente de la estación de Atocha. Se mantendrá allí hasta el 22 de septiembre, y si quieres saber más cosas sobre esta exposición y como visitarla, pincha aquí
Fotos Exposición Chupas & Parkas