Moto Guzzi fue la marca más rabiosamente deportiva de los 70, y también la más rabiosamente custom. Esos dos mundos se juntan en la Moto GuzziV9 Bobber Sport.
MULTIMEDIA: Mark Berdomas. Enfoqueatres.com
Los más jóvenes del mundo motorista no sabrán lo que suponía tener una Moto Guzzi Le Mans en los ´70. No había nada mejor, que corriera más y que tuviera más estabilidad. Era el mirlo blanco de las motos deportivas de la época… Pero como a todas, la llegada de las japonesas le supuso un mazazo mortal. Pero Moto Guzzi no sólo era la Le Mans. A mitad de los 70 creo la familia California, que supuso un paso adelante fundamental para la marca, porque se introdujo en el mercado americano arrasando un segmento que hasta ese momento era de Harley Davidson, que en aquellos días estaba herida de muerte bajo la letal gestión del holding AMF.
De hecho, uno de los motivos por los que Guzzi puede entrar también en el mercado americano fue porque gran parte de los cuerpos de seguridad estadounidenses dejaron de comprar Harley Davidson buscando motos más fiables, ligeras y rápidas. Y ese es el motivo de que en muchas películas americanas de los 70 y 80 puedas ver a policías sobre motos japonesas o italianas como esas California… Que, como habrás deducido, fueron bautizadas con ese nombre precisamente porque su destino era América.
El caso es que después de todos los problemas económicos que la marca tuvo en los años posteriores, fue comprada por Aprilia y después ambas pasaron a manos de Piaggio, donde ha conocido una nueva época de éxitos entre otras cosas gracias a la moda retro vintage que nos invade.
Por supuesto, el gigante italiano rápidamente se preocupó por cuidar mucho más la terminación general de todas sus motos, poner especial cuidado en el diseño, aplicar la tecnología actual y sacar motores nuevos como el gran 1400 que impulsa preciosidad es como la MGX 21 (cuya prueba puedes leer pinchando aquí) o la Audace, por ejemplo.
El caso es que los motores clásicos que impulsaban aquellas legendarias Le Mans y California sigue siendo perfectamente usables actualmente, tanto que los hemos podido ver en recientes presentaciones como el de la adrenalínica y atractiva V85 TT (cuya presentación puedes leer pinchando aquí) y en la familia custom más ligera, asequible y, como en este caso, marchosa. Estamos hablando de la sorprendente moto que nos ha tocado probar esta vez, la Moto Guzzi V9 Bobber Sport.
PRUEBA MOTO GUZZI V9 BOBBER SPORT: ¿CÓMO ES?
El motor deriva directamente del que equipaba la legendaria Le Mans: el clásico V2 transversal a 90° (es decir, que los cilindros salen inclinados hacia arriba, uno a cada lado), con 853 cm³, 55 CV y, como siempre en Guzzi, transmisión por cardán. Como es habitual en este tipo de motos y con esta potencia (y casi obligado comercialmente, diría yo) cuenta con una versión de 35 Kw
Además, como detalles “sport” tenemos seis marchas, un ligerísimo peso para tratarse de una custom de 199 kilos, y toda la artillería de ayudas y complementos electrónicos habitual en las marcas de Piaggio, que realmente provienen de las desarrolladas por Aprilia para su Superbikes. Por ejemplo, por supuesto ABS y control de tracción regulable (que aquí es MGCT: Moto Guzzi Control de Tracción), además de toma USB y frenos Brembo (con un sólo disco delante, eso sí)
Y hay más, porque para justificar ese apellido Sport, también tiene protectores de fuelle para las barras de la horquilla (que tiene un efecto estético espectacular, por cierto), un asiento monoplaza como buena Bobber, por lo que no incorpora reposapiés traseros, y dos amortiguadores traseros Öhlins multirregulables. Te das cuenta como los italianos siguen dominando con mano de hierro la magia del diseño, porque con pocos cambios minimalistas respecto al resto de la familia, esta Sport resulta increíblemente seductora y atractiva, con su depósito y plásticos naranjas y chasis y motor pavonados en negro.
Seduce tanto a los amantes de las deportivas más radicales como el de las megacustom. Resulta increíble.
PRUEBA MOTO GUZZI V9 BOBBER SPORT: ¿SPORSTER, TRACKER O QUÉ?
Aparte de su diseño, con una capacidad de atracción difícil de calificar, lo que más llama la atención cuando te montas en ella es su ligereza. Por muy bajo que tenga el centro de gravedad (una de las características más remarcable de los motores bóxer o semi bóxer, como es este caso), una custom con menos de 200 kilos en vacío (210 en orden de marcha) en es muy difícil de encontrar.
Para que os hagáis una idea, una Harley Sporster, la Indian Scout Bobber (puedes leer nuestra prueba a fondo pinchando aquí) o la Triumph Boneville Bobber (aquí tienes también nuestra prueba) rondan los 250. 50 kilos son muchos kilos…
Presionas el botón de arranque y el clásico “tambaleo” de los motores de cilindros opuestos hace acto de presencia. Vibra cuando arranca, recompensándote con un “porronpompom” tan clásico y auténtico que vinieron imágenes a mi cabeza de cuando mi vecino de arriba arrancaba su Guzzi Monza en nuestro garaje hace ya muchos, muchos años, cuando salía por las mañanas al colegio. Ya era una moto muy antigua en aquel momento, ¡pero me encantaba!
El tacto del acelerador “wireless” es, como casi cualquier moto actual, suave como la mantequilla, una gran diferencia con los antiguos aceleradores “para hombres que comen carne cruda” de las Guzzi setenteras con los que desarrollabas antebrazos dignos de jugadores de pelota vasca.
El gran paso adelante de la electrónica, y más en este caso proveniente en origen de otra marca del grupo, Aprilia -que es de lo mejorcito que se ha desarrollado en el mercado- es definitivo para que esta Guzzi Bobber Sport resulte tan fácil y agradable de llevar. Hasta las vibraciones (no excesivas) resultan tan acordes con el espíritu de esta moto que no te molestan en absoluto, mientras que el cuidado puesto en la parte ciclo como buena moto italiana, te recompensan con un diseño que te enamora y una diversión incluso en zonas reviradas que no te esperas.
El chasis doble cuna y los neumáticos de 16 pulgadas de 130 mm de ancho delante y 150 detrás, la permiten ser ágil y mantener la estabilidad en curva, a pesar de plegarse a esas medidas por cuestiones estéticas. Seguro que con llantas de 17 iría mejor, pero ya no sería una Bobber… Sino otra cosa.
Los frenos tienen un tacto perfecto para una custom de iniciación, con buen tacto y perfectamente dosificable. Muchos echarán de menos un doble disco delantero, y no soy yo quien va a rebatir eso, pero desde luego con uno el tacto es menos brusco y además hay que contar con su ligereza comparándola con sus posibles rivales. O sea, que tiene menos peso que frenar… todo es más fácil. Tanto el ABS como el básico control de tracción funcionan de forma impecable, ¡y simple! Fácil de regular, efectivo de disfrutar.
Su velocidad máxima no pasará 180 ni aunque estés en una autopista alemana, porque ni la potencia, el desarrollo ni la aerodinámica permite más. Y con la “electronificación” de un motor tan veterano los resultados son perfectos, algo a remarcar porque no siempre salen tan bien. La inyección de nueva generación hace que el tacto de un bicilíndrico clásico y brusco en su momento como este, sea dosificable, suavizado y con un consumo sorprendente, aunque lo cierto es que necesita un ratito para coger temperatura y alcanzar un funcionamiento redondo.
A ritmo normal, incluso animado, por carreteras secundarias se mantiene fácilmente por debajo de los 5 litros, mientras que si de verdad exprimes el acelerador no pasa de 6,1. Y como rutera…. Pues no, porque entre otras cosas la aerodinámica es de custom pura y lo de llevar pasajero o alforjas sin asiento trasero no es tarea fácil. O imposible más bien.
PRUEBA MOTO GUZZI V9 BOBBER SPORT: CONCLUSIÓN
Una custom ligera, preciosa, minimalista, divertida y perfectamente manejable y disfrutable por recién llegados, noveles que siempre han querido disfrutar de una moto “american style” y nunca se atrevían porque son demasiado grandes… ¡Pues no lo son!
Aquí tienes un buen ejemplo llegado de Italia, con su estilo inigualable y un toque “sport” que siempre se agradece para disfrutar tanto en excursiones de fin de semana como usándola a diario para ir a clase. Eso sí, si eres un@ auténtic@ lob@ solitari@, porque recuerda que es una Bobber.
Tu solo ante la carretera.
PRUEBA MOTO GUZZI V9 BOBBER SPORT: LIKE-NO LIKE
LIKE: Diseño. Tecnología y ayudas electrónicas. Parte ciclo. Ligereza.
NO LIKE: Penetración aerodinámica. Posibilidades ruteras mínimas. Ninguna posibilidad de llevar pasajero.
FOTOS MOTO GUZZI V9 BOBBER SPORT