Yamaha tiene su versión especial de la superventas XMax 300. Se trata de la Iron Max, y probándola nos explicamos cómo ha llegado a lo de “superventas”.

La familia XMax es de las más vendidas de Yamaha. Su mezcla entre elegancia, deportividad, diseño mezcla entre rueda alta-rueda pequeña y buen comportamiento de motor y parte ciclo parece gustar, y eso se traduce en buenas ventas. Y todo eso  pesar de que, como Yamaha ha marcado en su gama de scooters, no son precisamente baratos si la comparamos con gran parte de la competencia. Con el estandarte, ya casi leyenda, TMax como nave nodriza, la marca de los diapasones ha logrado situarse de forma sólida como marca Premium en el mundo del scooter arrastrando a todos sus modelos. De hecho, 2 de cada 3 scooters Yamaha son deportivos de las familias X y T Max… ¡increíble!

PRUEBA YAMAHA XMAX IRONMAX 300: el mercado.

Bueno, y es que entre los países mediterráneos (España, Francia e Italia) nos compramos casi el 60% de los scooter que se venden en Europa, y en nuestro país ha crecido un 40.7% desde el 2013, momento duro de la crisis, llegando a los 88.000 unidades ¡No está nada mal! De esa buena cantidad, el 40 % son scooter sport, así que interés y el cariño que Yamaha (que vende un 29% de ese 40) muestra por sus Max están más que justificados.

 ¿Seguimos con el mercado? Pues resulta que de las XMax actuales, del 2015 hasta el año pasado la 400 vendió un 15%, la 125 un 36 % y el resto, un jugoso 48% fue fagocitado por la 300. Si, a pesar de que las 125 ocupan por lógica el grueso de las ventas generales (ahí están todos los homologados de coche que no pueden acceder a nada mayor), en las XMax la 300 parece haber encontrado el mágico punto medio entre motor “grande” que permite hacer pequeños viajes y tirar de dos personas adultas sin problemas, y motor “pequeño” que permite ser usado a diario y es manejable. Vamos, que en el 2018 fue líder del segmento de las 126 hasta 450 cc (bueno, y sus hermanas Max 125 y 530 también en los suyos), y este año las cosas seguían igual el primer trimestre.

Y es que las Max han creado un “efecto cascada” (literalmente llamado así por los chicos de la marca) entre sus cilindradas, que empiezan con la 125 y llegan a la SuperTMax 530

PRUEBA YAMAHA XMAX IRONMAX 300: como es

Así, nos reunió a los chicos de la prensa para enseñarnos su nueva gama XMax en su serie limitada Iron Max. Desde su aparición, las XMax han disfrutado de una serie especial cada pocos años que, por cierto, suponen un sorprendente 25% del total de las ventas. Así, en el 2009 vimos la Black Max, en el 2011 la Sport Max,  en el 2013 la Momo Design y en el 2016 ya tuvimos la Iron Max.

Como es de esperar, el cliente de estos modelos busca capacidad de motor para poder hacer recorridos diarios de una cierta cantidad de kilómetros por vías rápidas para ir y volver del trabajo, por lo que necesitan motor, estabilidad y capacidad para ellos y para equipaje. Así, la 300 es un monocilíndrico de 4 válvulas SOHC refrigerado por agua para conseguir 27.6 cv a 7250 rpm, que por cierto es lo mejor de la categoría. Este 300 incorpora la tecnología Blue Core para conseguir afinar la potencia con el mínimo consumo reduciendo entre otras cosas rozamientos internos, lo que también redunda en menor consumo y emisiones.

Pero eso no es todo, porque los XMax deben que afinar también, y mucho, en estabilidad. Se refuerzan los puntos de anclaje del chasis para hacerlo más rígido con una horquilla delantera de 33 mm. de grosor (curiosamente 2 menos que el modelo anterior para ganar flexibilidad) y la electrónica no se queda atrás. Incorpora control de tracción anulable y sistema Smart Key, por lo que sin sacar la llave del bolsillo puedes controlar todos los elementos de una cerradura convencional girando el mando: arranque, apertura de asiento, bloqueo, tapón de gasolina, etc.

Pero personalmente una de los detalles que más me impresiona de esta XMax es su insondable capacidad de carga. Debajo del asiento, con luz de cortesía, caben dos cascos integrales sin apreturas, además de una bolsa de ordenador portátil entre medias ¡Fabuloso! Pero aún hay más porque cuenta con dos buenos cajetines laterales con conexión eléctrica para cargar móviles, GPS o lo que necesites.

En cuanto a detalles exclusivos de la serie Iron Max, podemos citar el color gris acero, asientos con terminaciones especiales, las tapas de los cajetines en piel o estriberas de aluminio, que le dan un sobrio y elegante toque racing. Además cuenta con 3 versiones concretas, que son la Iron Max básica con los complementos especiales para la Sport (pantalla sport, porta matriculas sport y paneles reposapiés en detalle de aluminio), Urban (Pantalla alta, soporte trasero,   top case de 39 litros, respaldo top case  y bolsa divisoria para Top Case) y Winter (indicador carga batería, cargador de batería, puños calefactables y manta cubre piernas). Sus precios son 289, 543 y 349 respectivamente.

Por si esto fuera poco, cuenta con 30 complementos más que puedes elegir directamente o con la app descargable MyGarage, equipación urbana oficial Yamaha y otra app, MyRide, que con la que puedes calcular tu velocidad madia, planear rutas y compartirlas en redes, entre otras muchas cosas.

PRUEBA YAMAHA XMAX IRONMAX 300: Bueno, ¿y cómo va?

Pues como dijimos al principio, las XMax no son baratas, y las Iron Max menos (5.799 euros la 300), pero cuando arrancas la 300 y comienzas a rodar descubres la razón. Algo tan crítico como el funcionamiento del variador en el momento del arranque es todo un ejemplo de suavidad al conectar la transmisión, y su capacidad de empujar progresivamente desde abajo. Observas detalles como la calidad de las piezas plásticas y su ensamblaje.

El detalle que su gran capacidad de carga bajo el asiento me sigue sorprendiendo, sobre todo teniendo en cuenta su excelente estabilidad. Normalmente, cuando un scooter tiene un hueco muy grande es porque han quitado chasis para tener más espacio, pero en este caso no. Eso se notaba perfectamente en la revirada zona de curvas que nos buscaron los de Yamaha, donde su buen freno motor permitía entrar con seguridad en curvas incluso lentas y tortuosas con sensación de estabilidad, y no bamboleándose como la mayoría de la competencia.

Los frenos también se comportaban incluso con latiguillos de goma sin perder nunca su tacto aunque les exigimos mucho, y el intrusismo de las ayudas electrónicas (ABS y control de tracción) era casi perfecto. Lo cierto es que para hacer entrar el ABS había que apretar con ganas, y el control nos entró en alguna curva con asfalto “dudoso”.

Cómoda, elegante y con todos los elementos que buscas en un scooter: capacidad de carga, comodidad, potencia suficiente y bajo consumo, aunque esto último no pudimos controlarlo como en una prueba a fondo… que haremos en breve para poder volver a disfrutar del que humildemente creo que es el mejor scooter de la categoría.

PRUEBA YAMAHA XMAX IRONMAX 300: LIKE-NO LIKE

LIKE- capacidad de carga. Motor. Electrónica y terminaciones

NO LIKE- precio algo elevado.