La familia de motos sobrealimentadas de Kawasaki crece. Aquí probamos la versión más pura y con sensaciones más radicales de todas: la Kawasaki Z H2. 1000 cc de pura potencia desnuda.
MULTIMEDIA: Enfoque a tres , Mark Berdomas. Kawasaki.
Sí, ya pudimos ver esta nueva H2 en el pasado salón de Milán, y se presentó internacionalmente en febrero de este año. En motos con tantísima potencia es lógico que las marcas se preocupen de lograr una excelente aerodinámica con formas afiladas, diseñadas en el túnel del viento y con alerones para estabilizar a alta velocidad. De hecho, la H2R fue la primera moto del mercado con alerones estabilizadores tipo MotoGP.
Pero lo cierto es que las naked con espíritu “Streetfighter” son cada vez más numerosas, y si son “Streetfighter” es que provienen de motos deportivas puras, porque si no serían simplemente naked “sport”. Así tenemos entre otras la Aprilia Tuono 1100, la recientemente aparecida Ducati Streetfighter V4 y, por supuesto, está bomba verde que te deja los ojos en blanco por sus prestaciones, pero también por su diseño, tecnología y porque… ¡qué demonios! Es preciosa.
PRUEBA KAWASAKI Z H2: COMO ES
La línea de diseño seguido últimamente por los chicos de Kawa se denomina Sugomi (cuyo escudo está encastrado en el frontal), y la verdad es que con ella logrado dar a su gama un toque de distinción y agresividad, combinada con elegancia, que resulta tremendamente atractiva y seductora, y que además demuestra que aguanta muy bien el paso del tiempo. Cuando ni siquiera este nombre estaba registrado, las primeras motos que ya ofrecían esta idea de diseño parten de principios de este siglo. O sea, hace casi 20 años.
Históricamente, como su mejor arma de marketing, los chicos de Kawasaki siempre han buscado tener la moto más rápida del mundo. Desde las antiguas Z 900 y 1000, la legendaria GPZ 900 Ninja que pudimos ver en la primera entrega de Top Gun (aunque en la nueva entrega Tom Cruise monta precisamente una H2, como puedes leer pinchando aquí…),
pasando después por la GP Z 1000 RX, la legendaria ZZR 1100, 1400… La historia de Kawasaki está plagada de récords de potencia y velocidad en motos de calle. Pero aquí llegó el 2015, cuando tiraron de recursos y conocimientos técnicos de otros departamentos del gigante industrial que es Kawasaki Heavy Industries para crear el propulsor de moto definitivo: sobrealimentado con compresor. La verdad es que la idea no era nueva, porque a principios de los 80 hubo una famosa generación de motos turbo que marcaron una generación de muy corta vida, pero gran repercusión en la cultura popular. Se crearon modelos que ahora son objetivo de muchos coleccionistas, pero lo cierto es que las limitaciones técnicas de la época hicieron que, aparte de la potencia, no fueran motos muy disfrutables y si bastante problemáticas, por lo que la sobrealimentación en las motos se abandonó hasta este regreso triunfal de Kawasaki.
La primera fue la exclusiva H2 R, solamente usable en circuito (no incorpora luces ni demás equipación) de 310 CV. Y la Ninja H2 R, estéticamente muy similar pero aquí si tenemos ópticas, retrovisores, etc., aunque es monoplaza. Aquí disfrutamos de 231 caballos. Más tarde, hace dos años, desarrollaron la adaptación de la estupenda sport turismo Z1000 SX pero con más parafernalia técnica, y el compresor que elevó la potencia hasta los 200 CV en la Kawasaki H2 SX, cuya prueba puedes leer pichando aquí.
Y aquí hemos llegado al 2020, donde en medio de la tormenta mundial producida por la pandemia, llegaron las primeras unidades para poder probar la nueva súper naked de Kawasaki. Efectivamente, también han instalado este motor en la adaptación más salvaje de su preciosa naked Z 1000, que lógicamente se llama Kawasaki Z H2.
Aquí también disfrutarás de 200 CV, pero se ha trabajado mucho en hacerla más progresiva y suave que en las indescriptibles H2 R, aunque todos comparten el mismo motor de 998 cm³ y medidas internas de 76 x 55 mm. Cierto que se ha rebajado la potencia de las R. Es la misma que la SX y al mismo régimen (11.000 rpm).
Para saber cómo funciona un compresor volumétrico como el que tienen estas Kawasaki, puedes informarte bien a fondo pinchando aquí y leyendo el artículo que publicamos en su momento. Básicamente, y aprovechando los gases del escape, una hélice de distintas medidas en cada modelo (69 ms. en la H2 R, por ejemplo) gira hasta a 140.000 revoluciones para comprimir el aire que entra en la cámara de combustión de una forma que no sería posible con la simple entrada de aire atmosférico, aunque se utilicen sistemas de admisión dinámica como el Ram Air que usa la propia Kawasaki en muchos de sus modelos “normales” no sobrealimentados.
Así no solamente se aumenta la potencia, sino que los gases de escape son muchos más limpios porque la combustión es más eficiente- vamos, que entra mucho más aire y el combustible se quema mejor- y este es el principal motivo de que muchas otras marcas parecían interesadas en aplicar este sistema en sus motos. Básicamente su sistema se lleva usando hace muchas décadas en el mundo de los coches, como los famosos Hypercharger que puedes haber visto en mil películas y reportajes de televisión, pero el problema de las motos era el sitio y la activación del sistema en motores que giran naturalmente a muchas más revoluciones que el de cualquier coche. Pues Kawasaki lo ha resuelto de la mejor forma con los mejores resultados.
En el caso de esta Z H2 respecto a la SX, con el motor prácticamente igual, se han hecho modificaciones sobre todo en electrónica para lograr hacer aún más progresiva la entrega de potencia (una de las grandes ventajas de los compresores respecto a los turbos tradicionales), aunque la verdad es que desde la primera H2 esto ha sido admirable en las Kawasaki.
Las líneas de esta súper naked “anabolizada” resultan más musculosas que el de sus hermanas, básicamente porque está desnuda y tanto las formas del chasis como la de la pequeña cúpula, sin olvidar la gran toma lateral por donde entra el aire que alimenta al compresor, le hacen parecer que casi un culturista, un gladiador de antigua película italiana de los 60. Además, el frontal con las ópticas sesgadas y muy aerodinámico, con la torreta donde está encastrada la pantalla digital con toda los menús y datos que puedas necesitar, está bien resuelto. Me parece que combina perfectamente con el conjunto verde y negro. También destaca el manillar plano (Flat Bar, como lo llaman en la documentación técnica), como debe ser en una “Street Fighter”
El basculante es doble brazo de aluminio, directamente heredado del de la ZX 10, y mención aparte merece toda la equipación técnica de la parte ciclo y la electrónica, algo necesario para poder disfrutar de una moto tan potente y sin un carenado que desvíe ni un hilo de aire. Por ejemplo, incorpora plataforma inercial IMU para controlar tanto la tracción como el funcionamiento del ABS en cualquier circunstancia (en plena inclinación de curva también, me refiero).
Por supuesto, también incorpora cuatro modos de conducción con sus curvas de potencia y regulación de las ayudas como ABS y control de tracción, tres pre programadas y una personalizable: Rain (la más suave), Road (la que usarás normalmente), Sport (la más salvaje) y Rider (la que puedes adaptar todos los parámetros y ayudas electrónicas a lo que te apetezca).
¿Más? Pues sí, mucho más. Incorpora sistema de freno KIBS, embrague antibloqueo, y un estupendo cambio semiautomático que te hace disfrutar de cada vuelta que disfrutes con ella, pudiendo bajar marchas como una ametralladora cuando llegas a la siguiente curva. No olvides el KTRC, que es como se llama el control de tracción, y el KCMF (Kawasaki Cornering Management Function), que combina la acción del freno motor, el KTRC y KIBS para adaptarlo a tus necesidades y tu tipo de conducción.
En cuanto a la parte ciclo, incorpora una estupenda horquilla invertida Showa BPF (Big Piston Fork), en que puedes regular todos los hidráulicos desde la parte superior. Aquí lo que menos me gusta es que en una están los hidráulicos y en la otra el muelle. Personalmente prefiero que las dos “patas” tengan su regulación completa, pero lo cierto es que la calidad general es elevadísima y, regulando adecuadamente, no me pude quejar a lo largo de toda la prueba en absoluto. Detrás disfruta de un amortiguador también Showa que en un uso de calle se comportó perfectamente.
Pinzas radiales con pinzas Brembo de cuatro pistones y bomba radial de excelente funcionamiento logran un conjunto impactante, y eso que todavía no le hemos arrancado…
PRUEBA KAWASAKI Z H2: INDESCRIPTIBLE.
El arranque de esta “macho bike” futurista suena casi a moto normal, aunque hay algo al fondo del tradicional silbido de cualquier 4 en línea japonés que te indica que no todo es igual. Además, necesita unos instantes para (supongo) coger temperatura y estabilizar el ralentí.
Y llega el momento… montarse encima y meter la primera en cualquier H2 es un gran momento. Como Pekus, el concesionario de la marca donde recojamos las unidades de pruebas, está lado de la carretera, no usé primero por la curva más tranquila como hubiera hecho en ciudad, sino que comencé por la Road. Como suele ser habitual, en este punto medio encuentras la mejor combinación entre respuesta, freno motor y consumo para cualquier uso. Efectivamente, después probé la Rain y la encuentro demasiado suave de respuesta incluso circulando baja velocidad por la ciudad, pero reduce el consumo bastante.
Pero claro, todos queréis saber cómo funciona el modo más potente, el Sport. La verdad es que la combinación entre tacto de acelerador, freno motor y manejabilidad es impecable, porque tengamos en cuenta que estamos ante una naked que declara 239 kilos, casi 20 menos que la SX. No es una pluma, pero tampoco un “barco”, porque te das cuenta que resulta manejable y disfrutable en cualquier circunstancia.
Pero lo cierto es que giras el acelerador y la adrenalina te empieza a invadir, porque además escuchas como empieza a sonar es especie de chasquido electrónico que te indica que la válvula de sobrepresión entra en acción. En ese momento, la rueda trasera parece morder el asfalto y catapultarte hacia delante como si estuvieras en el túnel de lanzamiento de una nave espacial. Desde luego, esta moto es posible gracias a toda la artillería tecno electrónica con que nos recompensa Kawasaki, porque si no sería una moto complicada… Pero no lo es. Por muy salvajemente que frenes repetidamente o que aceleres, puedes llegar a notarlo perqueños rebotes del ABS en la maneta o que se te ilumine el control de tracción, pero todo funciona perfectamente. La sensación de confianza una vez has rodado un rato con esta Z H2 es total, incluso en momentos como entrada a curvas muy lentas donde es bastante más intuitiva de pilotar que sus hermanas carenadas ¡Es que me encanta llegar bajando marchas sin tocar el embrague y sentir como todo es fácil!
Por otro lado, la amortiguación, una vez ajustado a tu gusto, no admite la más mínima crítica. Showa ha hecho un buen trabajo, y además la regulación es fácil. Esto es importante cuando en una naked de estas prestaciones y medidas (la longitud entre ejes es la misma de la Ninja H2, 1.455 mm) montes un pasajero en el muy escueto y elevado asiento trasero (lo de asiento es por ponerle algún nombre…), momento en que el peso atrasado y la aerodinámica podría afectar a la estabilidad. Desde luego, y como te puedes imaginar, no es una moto adecuada para disfrutar habitualmente en pareja o hacer turismo, aunque realmente puede hacerlo perfectamente. Además, las variaciones de consumo son muy grandes dependiendo del modo de potencia que elijas, de la aerodinámica (aquí entra lo del pasajero) y, por supuesto, de lo que rosques el acelerador. En carretera, me varió desde 6,1 hasta 8,5.
Jugar con el amplio menú electrónico es reconfortante, sobre todo si dedicas a probar motos, porque te das cuenta cuanto se ha avanzado en tan pocos años. Por si fuera poco, y como casi todas las Kawasaki de última generación, incorpora el sistema Rideology por el que puedes parear tu smartphone con el sistema electrónico de la moto, y grabar todos los datos para poder subir las redes sociales o simplemente guardarlo en tu ordenador.
PRUEBA KAWASAKI Z H2: LA LÓGICA DE LA ILÓGICA
Alcanzar velocidades superiores, muy superiores, a 200 km/h es tremendamente fácil con un motor así y una parte ciclo a la que no llegarás ni a vislumbrar los límites a no ser que te llames Jonathan y te apellides Rea. Entonces aquí llegamos a la cuestión que muchos se plantean cuando hablamos de motos naked con toda esta equipación: ¿es lógico motos tan potentes equipadas sin carenado?
¡Pero bueno!, ¿Qué pregunta es esa?¡Pues claro que sí! Simplemente te tiene que apetecer y disfrutar de ella. Además, esta Z H2 es más barata que sus hermanas (actualmente 17.250 €) y por supuesto que es totalmente disfrutable. Cabalgar sobre semejante masa de músculo tan precisamente diseñado y con un comportamiento tan equilibrado a todos los niveles sólo hará lo que tú quieras. Entonces no hay que preguntarse si la moto lógica, sino si lo eres tú.
¿Lo eres? Pues aquí la tienes.
PRUEBA KAWASAKI Z H2 : LIKE-NO LIKE
LIKE: Motor. Diseño (muy) atractivo. Ayudas electrónicas.
NO LIKE: Horquilla con regulación diferenciada. Protección aerodinámica.
FOTOS PRUEBA KAWASAKI Z H2 2020