¡Hola amig@s! Si, como bien diría el mítico cantante Nino Bravo, es pequeño equipaje, para tan largo viaje… o como una chica organiza el equipaje en moto.

Texto: Eva Patricia Pingarrón

Fotos+video: Eva Patricia Pingarrón. Marcas.

Pues de eso vamos a hablar hoy en este reportaje que, tras pensar un rato al respecto, le sugerí a mi amigo y colega David Navarrete esta semana. Personalmente, durante los años (bastantes) que fui azafata de vuelo y en los que no tenía ningún tipo de franquicia, me tuve que enfrentar en la vida a dos situaciones “insólitas” y parejas a la vez.

La primera fue cuando en un vuelo de “bajo coste” (no mencionaré la compañía, ni la persona), me fui con unos amigos de fin de semana al increíble precio de 9.99€ con destino Londres.

“¡Guau! ¡Qué gran precio!!”, pensé… la letra pequeña era “toda”. Es decir, interminable. Realmente, estaba todo lleno de trampas y recargos: si te pasabas unos cuantos gramos del peso indicado en el billete, eran unos 100€ más por cada X gramos extras, y tenías que ceñirte a un pequeño trolley que cupiera en los mini (muy mini) huecos superiores de cabina. También te ofrecían la opción de facturar la maleta como tal, en el que el precio del pasaje se disparaba a una clase business de una compañía de bandera, con lo cual el precio ganga de 9.99€, terminaba siendo como pagar una semana de todo incluido en cualquier exótico hotel del Caribe…

Aquello me dejó perpleja, y tuvimos, entre todos, que abrir las maletas y meter como podíamos la ropa y enseres de una “querida amiga” del grupo la cual no podía (que no quería, vamos) prescindir de ninguna de ellas, para no pagar un sobreprecio y poder realizar nuestro fin de semana en la capital del Támesis…

Pero, como el hombre/mujer siempre tropieza dos veces, como mínimo, sobre la misma piedra, al poco tiempo se organizó una salida con duración de una semana en moto.

En MOTO ¡¡¡MOTO!!! Advertida quedó…

Pero no sirvió de mucho. Si… esta misma persona, que iba de “paquete”, pensó que se marchaba de crucero y llegó al lugar de salida de la ruta con un baúl a lo Concha Piquer.

De hecho, cuando la vimos bajar la maleta de su coche, le dijimos que aquello era imposible de llevar y que debía seleccionar las cosas que cupieran cuerda y lógicamente en la maleta que le correspondía, pues la otra maleta era de uso del piloto con el que iba (hombre Santo donde los haya, por otro lado…), pues el top case iba destinada para cascos y demás y la bolsa sobre depósito, para chalecos reflectantes, gafas, etc.

4.1.1

En resumen: cuando nos enfrentamos por vez primera y sobretodo (en muchas ocasiones, al menos) las mujeres, a una ruta de varios/muchos días, sobre todo con climatología incierta, donde dos bikinis no te solucionan la vida, hemos de pensar con la cabeza y ser conscientes del vehículo donde vamos a viajar y lo que tal vez, necesariamente nos haga falta y sea prescindible. Y no llevar varias maletas…

Hablo, por ejemplo, de hacer un neceser con las cosas más razonables: un champú que sirva para todo (cuerpo, cabello, acondicionador, etc.), body milk … ¡una especie de cuatro en uno, vamos), una crema hidratante facial con protección solar incluida y si es posible ya con color para que nos sirva de maquillaje, si somos coquetas, ¡como yo, por ejemplo!!

Unos polvos de sol o un colorete de tamaño pequeño, de los que lleven la brocha plana e incorporada en el envase. Un lipstick labial con brillo e hidratación incorporados. Un perfilador de ojos, un desodorante en “roll on” pequeño y compacto… y poco más. Además, añadimos el cepillo dental y el dentífrico. Es decir, lo mínimo e imprescindible que cabe en un pequeño neceser y que pese lo mínimo, pues hablamos como mucho de una capacidad de hasta 35 litros en el mejor de los casos, donde deberemos ajustar también la indumentaria del después o durante de la ruta. Ten en cuenta que, si hace calor, querremos quitarnos los forros térmicos de nuestra equipación de Cordura, por ejemplo, ¡y en algún sitio habrá que dejarlos!

Si, suena raro, pero en cuanto a la ropa interior, dos o tres conjuntos como mucho y a ser posible, los sostenes sin aros, de máxima comodidad y que se puedan doblar bien en la maleta o en la alforja, para que no se deformen y, además, vayamos lo más cómodas posible cuando vamos vestidas con nuestros monos de cuero o cordura muchas horas y en posiciones no demasiado “cómodas”.

Si vamos vestidas con trajes de cuero o cordura, da igual, podemos añadir dos o tres camisetas de algodón de manga corta, un jersey de cuello alto de algodón y un par de forros polares ajustados que se puedan enrollar fácilmente y ocupen el menor espacio posible. También dos o tres calcetines, de invierno o de verano según sea el caso, unos leggings, que nunca vienen mal (e imprescindibles para mí siempre) y un pantalón tejano con de kevlar y protecciones viscoelásticas (extraíbles, por supuesto) para las salidas fuera de la ruta propiamente dicha: excursiones, rutas cortas y demás.

De calzado, unas deportivas que nos descansen los pies de las botas de moto (si quieres leer un buen reportaje al respecto pincha aquí) y una buena idea es llevar varias bandanas de algodón para cuello o cabeza, por si hace aire, frío o simplemente por si queremos aislar nuestro pelo del casco (pincha aquí)… Otro par de guantes, que ocupan poco y pueden servir de ayuda en caso de pérdida, calor, frío, etc. tampoco sobran…

Por supuesto, siempre, siempre, siempre… un impermeable, pues en cualquier momento y en cualquier situación, nos puede ayudar a paliar la lluvia, la niebla, la humedad o hacer de corta vientos y es una prenda que yo siempre llevo cuando voy en moto.

Poco más. Estamos hablando llenar una maleta o alforja de máximo 35 litros cada una y eso, con suerte… si hablamos de gran maleta rígida, por ejemplo, porque si nos referimos a una moto deportiva, la cosa se recrudece y las alforjas textiles suelen ofrecer menos capacidad. Si quieres saberlo todo sobre las alforjas, pincha aquí .

Hemos de pensar en que el resto del equipamiento lo hemos de llevar “encima”: botas, traje, espaldera, casco, botas, guantes… A mí me gusta llevar mochila apta para moto, pero eso va en gustos y manías. Me resulta confortable, porque guardo mis enseres más necesarios: cartera, móvil, gafas, medicinas, pañuelos de papel… Claro que existe la solución definitiva para tener el doble de capacidad de equipaje en la moto: sacarte tu propio carnet y equipar tu moto con maletas, top case, bolsa de depósito y lo que quieras. Eso es lo que hice yo hace años, y me va muy bien. Y si te gusta de verdad la moto- seas hombre, mujer o marciano- te recomiendo que lo hagas cuanto antes. ¿Y quieres ver como aprende alguien a montar en moto? Pues pincha aquí.

No te pierdas este video pinchando aquí para que veas toda la explicación y las ideas que te pueden ir bien para tu equipaje motero.

En fin, la cuestión es que cuando nos “enfrentamos” a una ruta en moto no solamente de horas, si no también de días, muchos kilómetros y probablemente (muy) diferente climatología, hemos de pensar en las limitaciones que esto supone, estar preparad@s y disfrutar del viaje, la aventura y el momento… ¡que para eso montamos en moto!

Lo demás, pura anécdota: ¡para el recuerdo!

Ráfagas a tod@s y nos vemos en la siguiente.