El próximo año se cumplen 100 años de la primera KTM Duke, aunque la primera no fue la 990. Esta fue un año posterior (puedes ver la foto aquí) y no era una 990, sino 999, prácticamente una 100, con un motor V2 a 75 º LC de 8 válvulas, brioso y adrenalínico como pocos con sus 120 CV y apenas 180 de peso total.

Pero los motores austriacos han ido evolucionando y ya están en 1.290 cc, 1.302 reales, por lo que aprovechar aquella primera maravilla que nos sedujo a todos hace ya casi tres lustros es una muy buena idea porque son sus casi 1000 cc declarados cubre ya un modelo de cilindrada media con las mismas características de toda KTM. Ya sabes, “Ready to Race”.

Así, ahora equipará el propulsor de la 890 Duke R. Tiene 947 cc y 123 CV, y lo mejor es que mantiene un peso fantásticamente bajo: 179 kilos… aunque no especifica de momento si es en seco o con llenos.

El afilado y agresivo diseño de Kiska (empresa fundada por Gerald Kiska) es característico de la marca naranja, y aquí se despliega con toda su fuerza. Desde la óptica delantera hasta el colín, casi intimida.

Y el resto es también “marca de la casa”. Desde las amortiguaciones WP Apex multirregulables (horquilla de 43 mm. y amortiguador trasero Monotube) hasta el chasis multitubular, todo destila diseño y aspecto puramente KTM. Cuenta con un modo Track opcional con detalles tan racing como ángulo de inclinación, cronometro por vueltas o telemetría. Por supuesto y como siempre, puedes complementarla tanto como quieras con su gama de complementos KTM PowerParts.

Su lanzamiento será en breve, y sin duda será otro de los modelos naked sport de éxito de la marca. Desde luego, tiene todos los elementos para lograrlo.