Yamaha marcó un nuevo nivel del concepto de scooter con la Yamaha T-Max. Ahora con más cilindrada, tecnología y un diseño prácticamente de moto deportiva, probamos la octava generación.

 Todavía recuerdo cuando, sobre el año 2001, vimos y comprobamos la tecnología que se había aplicado al nuevo ser creado por Yamaha. Un chasis doble viga, que era básicamente una adaptación de sus Yamaha R1 a las hechuras de un scooter. Un motor bicilíndrico potente y rabioso, todavía con carburadores en aquella primera generación, que aceleraba como una bestia (y que también gastaba mucho, no nos engañemos), y que fue una de las principales razones por la que la Yamaha TMax ha sido conocida desde entonces como prácticamente una moto automática, lejos del comportamiento “flotante” de un scooter tradicional. Su estabilidad, sus prestaciones y su atractivo diseño le hizo ser la reina del mercado, y marcar prácticamente por sí misma un nuevo segmento que se situaba justo en el punto medio de lo que consideramos una moto y lo que hasta ese momento considerábamos un scooter.

Tanta tecnología y novedades, desde luego, no eran baratos, porque el chasis costaba de diseñar y fabricar mucho más que el de cualquier mega scooter del mercado, además de su transmisión independiente que eliminaba todas las inercias del motor – basculante aplicado a cualquier scooter hasta ese momento. Lo cierto es que su éxito, como sabes, obligó a Yamaha a continuar afilando y mejorando ese modelo a través de los años.

El primer paso, lógicamente, fue cambiar los muy tragones carburadores (no era difícil situarte entre 8 y 9 litros si roscabas el acelerador con un poco de alegría) por una inyección electrónica que reducía emisiones como a consumo, y preparaba a la TMax para las próximas normas Euro. Después llegó el incremento de cilindrada necesario para mantener las prestaciones ante tanta catalización y restricciones impuestas por esas normas, por lo que primero paso a 530 y desde hace un par de años ya convivimos con un 560 centímetros cúbicos, manteniendo siempre su estructura bicilíndrica “twin”.

PRUEBA YAMAHA TMAX Tech Max 560: TIEMPOS MODERNOS

Y aquí estamos, con un nuevo refinado y mejorado modelo estéticamente se acerca cada vez más a sus hermanas puramente deportivas como las YZF, siguiendo también la tendencia actual a compactar y afilar los scooters, incluso los considerados mega scooters, y la verdad es que ahora tiene un frontal mucho más afilado, un colín más elevado y una óptica delantera que estéticamente satisface incluso a los amantes de las motos más deportivas.

El frontal y todo el conjunto es bastante más estrecho y compacto, además de introducir entradas de aire del estilo de las admisiones dinámicas de los modelos más “racing”. Lo curioso es que, a pesar de todos estos cambios, la Yamaha TMax sigue transmitiendo una imagen personal, representativa, con un ADN inconfundible. Su línea es más deportiva que incluso el modelo anterior, y muchísimo más que las anteriores, pero sigues reconociéndola desde un primer golpe de vista: sabes que estás ante una Yamaha TMax. Desde luego, un gran mérito de los diseñadores los diapasones.

Por otro lado, incorpora nueva pantalla TFT, una constante en todos los nuevos modelos gracias a la evolución de la electrónica, a todo color de 7 pulgadas en el que todo parece claro y fácilmente legible. Por otro lado, las posibilidades de personalizarlo se elevan a tres, con las informaciones más importantes como velocidad o cuentas revoluciones más o menos destacadas.

Sus nombres son Sport, Intelligent y Authentic-como su nombre indica, tiene un aspecto más clásico- y en cada uno de estos modos se autorregula la entrega de potencia y el control de tracción. Por otro lado, y como también es día habitual en casi cualquier modelo de scooter y más en un modelo premium como este, puedes conectar la información de tu smartphone por wifi, bluetooth o puerto USB. De esa forma verá reflejada en la pantalla todo lo que quieras de tu móvil, desde las llamadas, mensajes, etcétera.

Por si fuera poco, puedes acceder a navegación Garmin con un mapa con indicaciones de voz, algo realmente útil sobre todo cuando circulas por ciudad y la velocidad te permite oír bien estas indicaciones.

PRUEBA YAMAHA TMAX TECH MAX 560: PARTE CICLO

En cuanto a parte ciclo, algo especialmente importante en un TMax siendo la estabilidad y su comportamiento de «casi moto» lo que ha marcado su éxito y su evolución, no dista mucho de la ya excelente anterior generación… o sea, la séptima.   El chasis sigue siendo de aluminio y las llantas son ahora más ligeras reduciendo la inercia un 10% delante y un 6% detrás. Esto afecta mucho a la manejabilidad, pero aún más a la frenada junto a las suspensiones reciben nuevos ajustes manteniendo la horquilla invertida delante y el mono amortiguador detrás.

Un cambio que sí es más evidente es el de la ergonomía. Siguiendo con las líneas más sport de la nueva TMax, la posición del piloto es aún más “racing” que antes, con el piloto colocado más delante e inclinado hacia el manillar, de forma que tenga más peso en el tren delantero. El asiento también es algo más grande con un respaldo que se puede ajustar en 30 mm, y los reposapiés para pasajero están 5 mm más bajo, por lo que ir sentado detrás es ahora más cómodo porque también tiene la cadera 15 mm más alto. De esa forma, el ángulo de flexión de la pierna es mucho menor. Por otro lado, la pantalla delantera también se ha retocado y ahora evita rebufos con una nueva toma de aire.

PRUEBA YAMAHA TMAX Tech Max 560: MOTOR

En cuanto al motor, sigue siendo el bicilíndrico que ya conocíamos de 560 cc (562 reales) y, muy importante, un cigüeñal desfasado a 560 grados, con lo cual espacio las explosiones del motor y permite que sea todavía más dosificable que uno convencional. Vamos, lo que ya hemos visto con el sistema CP “Crossplane” que vemos en prácticamente todas sus hermanas de media y alta cilindrada con motores de 2,3 y 4 cilindros.

Las vibraciones se controlan por una biela ciega y se mantiene el acelerador electrónico con microprocesador. Su nombre es y cc-t, en las primeras generaciones tenía un pequeño problema para el piloto: al no tener cable como giraba como un potenciómetro normal sin transmitir información de «cuanto” estabas acelerando. Por eso, ahora tiene un nuevo sensor de acelerador y cuenta con un muelle para que el piloto sienta cierta tensión en el puño y controle mejor el tacto de ese acelerador. La potencia está directamente pesada para los usuarios de helados, por lo que es de 35 kilovatios o 47 caballos. Como siempre en las TMax, va instalado de forma fija en el chasis para lograr mayor rigidez y estabilidad del conjunto.

Por último, cuenta también con llave inteligente, algo también habitual en los modelos premium de Yamaha, lo cual resulta especialmente cómodo especialmente en invierno en el que siempre estás vistiendo gruesos guantes de invierno punto simplemente girando un interruptor central, puedes entender el sistema como a bloquear la dirección cuando las marcas, etcétera. Y el freno de mano, con una leva en el manillar izquierdo, que te bloquea la moto al aparcarla.

Bueno, y por último ten en cuenta que nuestra unidad pertenece el modelo High Tech, que es lo más de lo más de la gama. Respecto a la versión básica, cuesta 16.299 euros frente a 14.099. En cuanto a equipación, nuestra unidad tenía instalados asientos y puños calefactables, pantalla regulable eléctricamente, precarga trasera regulable y control de velocidad, realmente útil se viajas con ella

PRUEBA YAMAHA TMAX Tech Max 560: COMO VA

Desde su nacimiento, fue bautizada como “el scooter que va como una moto”, o también simplemente como una moto de cambio automático gracias a las excelencias subchasis, amortiguación y motor. Bueno, yo estoy totalmente de acuerdo con estas afirmaciones, porque está claro que es, con diferencia, el scooter que más se parece una moto en cuanto a eficacia y fiabilidad de su estabilidad y comportamiento en curva, pero siempre hay que aceptar ciertos límites cuando hablamos de un variador centrífugo con hueco bajo el asiento y llantas de 15 pulgadas, grandes para un scooter. Supuesto, cuando vienes de una moto con marchas, has de aprender a llegar a la curva, frenar y trazar si la tracción controlada de una marcha insertada. No obstante, el excelente rendimiento respuesta del motor, junto con una transmisión de comportamiento absolutamente impecable y realmente una referencia de cómo se debe diseñar y fabricar un embrague centrífugo, ayuda mucho… ¡pero que mucho!

Desde luego, parece mentira que hace con la que es capaz de trazar curvas, desde las muy rápidas gas a fondo como meterte en la cerradísimas bajando cualquier puerto. La nueva ergonomía si que se traduce en, realmente, tener más control sobre el tren delantero que antes. Y si te metes en largos viajes, algo para lo que la Yamaha TMAX 560 está perfectamente preparada, tampoco tendrás el más mínimo problema. Frente a la “flotación” de dirección y otros scooter a alta velocidad, aquí seguirás la trazada deseada por muy rápida que ser autopista y, curiosamente, también incluso que haya viento lateral. Curiosamente, a pesar de ser un mega scooter con bastante sección lateral, el viento parece afectar la especialmente poco, sobre todo si tenemos en cuenta cómo sufren en estas ocasiones modelos de la competencia.

Si lo valoras como un scooter puro, siempre echa de menos algo más de capacidad de carga como es habitual, con mucho chasis y motor, hay menos espacio de hueco bajo el asiento, y aquí un casco integral si cabe, pero poco más. En cuanto a la comodidad, no hay ningún pero, por lo que se ha combinado muy bien la ergonomía relajada de un scooter con la posibilidad de inclinación pocos adelante y tener sensaciones “casi” de moto al manillar. Además, la pantalla delantera regulable electrónicamente es realmente efectiva.

En cuanto electrónica, básicamente ninguna crítica. Pasará un día o dos hasta que le coges el truco a la denominación de algunos modos y a la negación, pero después lo harás casi instintivamente gracias a que la nueva pantalla te permite verlo todo de forma colorista, agradable y, muy importante, nítidamente.

El motor es, como siempre, potente y rotundo al giro acelerador, y bastante más sobre de la que recordaba de generaciones pasadas. 47 CV o 35 kW dan para mucho, como hemos comprobado en otros muchos modelos con potencias estudiadas para poder ser usados directamente con el carnet A recién sacado. En este caso, gracias de nuevo a las excelencias de motor que hemos dicho antes como suavidad y excelente transmisión, parece mucho más rotunda y fácil de disfrutar y exprimir que una moto de marchas. Bueno, y que hablar de su nuevo diseño, que te hace parecer casi si fueras una mezcla entre el piloto de Superbikes y el juez Dredd. El diseño de la Yamaha TMax, que siempre ha gustado, ahora es todavía más espectacular.

Con nuestra unidad de prueba, con tanta electrónica y elementos disfrutables como parear el sistema con nuestro es smartphone o cambiar el diseño de la pantalla (algo divertidísimo, por cierto) te hace disfrutar aún más este famoso scooter deportivo, aunque sea pagando mucho más dinero… Pero ya sabes, curiosamente (o no tanto) que lo caro siempre gusta más que lo barato.

PRUEBA YAMAHA TMAX Tech Max 560: LIKE-NO LIKE

LIKE- diseño. Motor y parte ciclo imbatibles en el mundo del scooter. Electrónica

NO LIKE- precio elevado. Capacidad hueco bajo el asiento.

FOTOS PRUEBA YAMAHA TMAX Tech Max 560