La BMW R NineT Racer es, sin duda alguna, la más espectacular de toda la presentación de la gama NineT Heritage 2017. Aquí te mostramos todo sobre ella.
La NineT Racer tiene todos los elementos para triunfar hoy día. Combina la estética claramente retro con unos colores llamativos y fantásticamente elegantes. De hecho, la decoración blanca con los colores BMW Racing rojo y azul es la única que tiene, y desde luego no parece hacerle falta nada más para ser una de las motos más bonitas fabricadas en serie.
BMW R NineT Racer. Puramente Racer
Bueno, su nombre no engaña nadie. Es tan Racing como el puro espíritu de los 70. Se ha cogido la base de la R NineT , se le han instalado los semi manillares bajos clásicos de aquellos años, un colín monoplaza redondeado y un frontal largo y redondeado que hará llorar de nostalgia a aquellos que amaron motos como las Guzzi le Mans o las Ducati Darmah.
Técnicamente, equipa horquilla convencional y el resto de la parte ciclo es prácticamente igual que el de sus hermanas, con llantas de 17 pulgadas en ambos trenes, transmisión por cardán, mismo chasis y el archiconocido boxer de aire con 110 CV . En cuanto a la horquilla, algunos de los periodistas allí reunidos clamaban porque una auténtica Racer se merecía una recia horquilla invertida regulable como la R NineT 2017… Y puede que sea así, pero está claro que la estética es fundamental en ese segmento, y desde luego en los 70 no existían las horquillas invertidas. Hasta el solitario reloj central evoca a aquellos años, aunque en este caso cuentas con excelencias técnicas ocultas como el ABS o, como opción, el control de tracción.
BMW R NineT Racer. Como va.
Frente al relax y las ganas de rutear a ritmo medio o tranquilo, la Racer hace honor a su nombre. Simplemente por la retorcida posición de conducción de sus semimanillares bajos y cerrados, depósito largo y elevado, que anima a acelerar y entrar en las curvas lo más tumbado posible. Desde luego, no es una moto cómoda y sobrecarga de una forma desconocida para muchos las muñecas y la espalda, y dígo lo de desconocida porque quien no haya disfrutado-sufrido pilotar una Guzzi Monza 500 o algo similar, no creo que pueda tener comparación. Simplemente, es una moto que evoca a otra época, y lo hace bien.
Ya la probaremos a fondo cuando llegue el momento, pero de momento disfrutamos con esa toma de contacto que nos dejó es el dulce sabor de la nostalgia, ¡de un modelo que es absoluta novedad! Extraña sensación.
De momento, si quieres admirarla, ya lo tienes en tu concesionario, y su precio es de 14.170 €.