Aquí llega un scooter eléctrico 100×100 español, bien hecho, con buenas prestaciones y tecnología. Estuvimos en su presentación y te lo contamos todo ¡Este si!

Equipación: ByCity

Comencemos hablando de la propia marca, a la que, personalmente, la seguía el rastro desde hace poco tiempo, porque realmente es una empresa muy joven. Nació en el 2019, por lo que la crisis mundial de la pandemia le pilló de lleno, pero ha logrado hacerse con proveedores del 82% de su producción en España, por lo que su capacidad de reacción pudo ser muy rápida. En este caso, el modelo que probamos ha sido la RAY 7.7, que es su primer modelo, y para ello nos citó ni más ni menos que el circuito del Jarama.

Estamos hablando de un scooter equivalente a 125 (aunque sus prestaciones pueden llegar mucho más allá, equivalente a 300, por lo que cuenta con dos versiones), por lo que no es que quedásemos en el mítico circuito para dar vueltas al trazado, sino salir de allí para probarla en un tramo de autopista y por la revirada carretera que llega hasta el pueblo de Colmenar Viejo. Realmente, un muy buen recorrido para probar sus prestaciones en vías muy rápidas y su parte ciclo y modo de motor en la parte revirada, y con un tramo que también permite hacer un cálculo de su consumo (eléctrico, recuérdalo) real. Para empezar, no te pierdas este interesante vídeo de la RAY 7.7.

PRUEBA RAY 7.7, LO QUE PROMETE

Antes de la charla técnica habitual en la presentación de cualquier moto, lo primero es echar un vistazo la moto y ver su calidad de terminación y su diseño. En este caso, lo primero que me llama la atención es que no es un scooter feo, y esto puede parecer un comentario cómico, pero no es así. Parece que, desde el principio de la aparición de las motos eléctricas, hubo una carrera por hacer diseños un poco (o bastante) estrambóticos, por lo que popularmente, cuando te refieres una moto eléctrica, cualquiera que esté escuchando lo relaciona directamente con un diseño poco agraciado, por no llamarlo directamente feo. Esto no es ya cierto, porque motos como las Zero ya tienen diseños casi equiparables a una moto convencional, pero el tema de los scooter es otra cuestión. Así, la Ray 7.7 me pareció agradable al primer golpe de vista, con un toque quizá sport que me recordaba las antiguas Piaggio NRG.

Por otro lado, la terminación. Al estar el mercado de las eléctricas muy saturado de productos chinos u orientales, muchas veces la terminación y calidad de muchos modelos no es, digamos, muy admirable. Desde tornillos al ensamblaje de las piezas plásticas muchas veces deja que desear. En cambio, en esta RAY se nota un buen cuidado tanto de materiales como de montaje… Se nota que está fabricada y diseñada en Europa. Además, el tamaño es bastante adecuado para un adulto normal, no tan pequeña como muchos productos orientales que resulte incómoda para poder “encajarte” dentro. Además, su peso es de 165 kilos y con un buen ángulo de giro de 48°, por lo que es muy fácil de manejar en un atasco.

En cuanto a tecnología, cuenta con una batería de fabricación propia denominada RAY Powerblock, con navegador integrado con app propia, y buenos detalles como marcha atrás, plegado fácil del caballete o asiento con altura regulable en 800, 785 o 770 mm. Por supuesto, todo de diseño propio.

La batería, que siempre se le elemento que más se mira en cualquier vehículo eléctrico, anuncia 7,7 kW hora (de ahí el nombre, como te puedes imaginar), promete 150 km de autonomía en conducción mixta y 125 km hora de velocidad punta (aunque me demostró que se puede rebasar…). Cuenta con un sistema de control llamado Battery Management System (BMS) que gestiona e informa de su comportamiento por surges algún problema. Además, todo el sistema de batería se encuentra centrado, por lo que desaparece el peso suspendido en el basculante moviéndose con la amortiguación favoreciendo (y mucho) la estabilidad. A este respecto, cuenta con unas llantas y ruedas de 120/70-15 pulgadas delante y 140/60-14 detrás. Bastante grandes para un scooter de rueda “pequeña”, y que se paran con un repartidor de frenada CBS con discos de 260 y 220 mm.

Como hemos dicho, cuenta con dos versiones: una con 10,7 kW, el equivalente a 14 cv para usuarios de coche con carnet B, y otra con 17,5 kW que son 23 cv. Promete un tiempo de carga de 2,35 h. en modo rápido y 4,20 en carga normal, lo que el por otro lado no está nada mal. Como es habitual en el segmento, cuenta con frenada regenerativa (el rozamiento de la frenada sirve para recargar la batería) y cuenta con tres modos de conducción:

City: entrega de potencia suave y gran potencia regenerativa en la frenada.

Sport: entrega de potencia y respuesta más deportiva, con menor potencia regenerativa.

Flow: especial para vías largas y rectas, no tiene rozamiento por lo que apenas necesitas usar el acelerador. Apenas consume, pero también apenas carga con la frenada.

En el modo más deportivo, promete unas muy buenas prestaciones de 0 a 50 km/h en 2,8 segundos y a 100 km/h en 7,7segundos. Bueno, esto ya lo compruebo más tarde cuando la pruebe y os lo cuento.

En cuanto a capacidad de carga, fundamental en un scooter, tiene hueco bajo el asiento para un casco con una toma USB para cargar lo que necesites. Vamos, lo que es habitual en los scooters convencionales y no tanto, por falta de espacio, en los eléctricos. Además, la propia marca ofrece un baúl trasero de 33 l de capacidad.

Bueno, ahora ya que te sabes todo, ¡vamos a probarla!

PRUEBA RAY 7.7, COMO FUNCIONA.

Podíamos elegir modelos con ambas potencias, y yo elegí la versión equivalente a 300 cm³, con 23 cv. Colocas el botón rojo de la piña derecha en modo ON, y está lista para que, girando el acelerador, te pongas en marcha… Porque recuerda que no necesitas arrancarla, por lo que tienes el clásico sonido del ralentí del motor. Al estar en el caballete central, giras el acelerador suavemente para que la rueda trasera traccione sobre el suelo, te empuje hacia adelante y el caballete se pliegue. En cambio, cuando llegas a aparcar, un pequeño rebaje en la plataforma del suelo permite que, con el pie, empujes el caballete hasta que toque el suelo, y entonces le das al modo “marcha atrás”. De ese modo, ocurre el proceso contrario: que los dos extremos del caballete se apoyan en “enganchándose” en el suelo, se despliega y la moto queda sobre él.

Para salir opté por el modo City, que combina suavidad en el arranque y una buena respuesta cuando giras un poco más el acelerador. Vamos, lo que sería la gama media de revoluciones en un motor de combustión. Así salí del circuito y cogí la autopista N1, donde ya pasé al modo “full Power” Sport. Aquí la respuesta al acelerador es infinitamente mayor y más rotunda, pero precisamente en este medio también puedes mantener el modo City porque lograrás mantener la misma velocidad mantenida consumiendo un poco menos de batería. Si fuera un tramo más largo, es perfecto para usar el modo Flow, puesto que apenas tiene rozamiento y la inercia te mantiene velocidades suficientemente altas sin consumir absolutamente nada, aunque en este modo se notan mucho las rachas de viento o la más pequeña cuesta.

Llegamos a la carretera revirada con tramos con algo de tráfico, así que vuelvo el modo Sport. Aquí sí que se aprovecha totalmente la capacidad de recuperación de un motor eléctrico y sus buenos 23 cv. Alguna pequeña caravana de tres o cuatro coches, y también algún camión tuve que sobrepasar, y la respuesta al acelerador es rotunda, lineal y, por supuesto, sin ninguna vibración, por lo que a este respecto su comportamiento es impecable. Me hubiera gustado poder probarla con pasajero, que será como la usen gran parte de sus potenciales propietarios, para conocer si eso supone mucho lastre en la respuesta. En cuanto a velocidad, desde luego se muestra capaz de sobrepasar los 130 km/h sin problemas, por lo que tampoco es ningún problema rodar con ella en vías rápidas.

Hablemos de estabilidad. Sus buenas ruedas logran que no sea sensible o flanee a partir de ciertas velocidades (algo bastante habitual en otros modelos estilo “rueda pequeña”) aunque la amortiguación se queda muy justa en curvas muy reviradas y frenadas fuertes… pero es que estamos hablando de un scooter y no de una moto grande. Podemos considerar que, desde luego, la estabilidad es realmente buena para un vehículo semiurbano, y la frenada cumple sin más. Todos preferiríamos que tuviera ABS y otras ayudas como control de tracción, pero este caso el precio subiría y ya no contaría con esta excelente relación calidad y un precio que ahora si tiene la RAY 7.7.

Llega la vuelta por esta larga carretera con continuas aceleraciones y frenadas, que afectan bastante el consumo, más otro tramo de autopista gas a fondo antes de volver al punto de la presentación. En este momento había consumido un 50% de la batería, lo que resulta muy razonable para un modelo que anuncia los tiempos de carga que puedes leer más arriba y con un precio de 7. 500 €, que puedes salir por 6. 200 si se achatarra otro vehículo. A muchos les puede parecer caro comparándolo con un scooter de combustión, pero desde luego no lo es si lo comparamos con un eléctrico de calidad y potencia similar. Este precio subirá 1. 000 € para el año que viene, pero sigue siendo una gran inversión para los que tienen que sufrir a diario continuos atascos y recorridos de media larga distancia alrededor de las grandes ciudades.

Desde luego, y no me considero ni mucho menos un defensor a ultranza de los vehículos eléctricos, este RAY 7.7 me parece el primer paso para un scooter asequible, polivalente y realmente válido para el uso al que está destinado… Por supuesto siempre que tengas un punto donde cargarlo periódicamente, y que básicamente esté dentro de tu casa. Siempre existe la posibilidad de dejarlo por la noche enchufado a un punto de recarga, pero dejar todas las noches la moto en una calle quizá no sea muy buena idea.

Mientras te lo piensas, yo estoy feliz de haber probado prácticamente primer scooter eléctrico que de verdad me parece realmente válido, y que encima sean producto 100 × 100 de aquí. Sin duda evolucionará y será cada vez mejor, así que francamente deseamos que triunfe como se merece.

PRUEBA RAY 7.7: LIKE-NO LIKE

LIKE- respuesta motor. Terminación. Complementos tecnológicos (asiento regulable, marcha atrás, etc.)

NO LIKE– precio comparado con un modelo de combustión. Sin ABS. Sin control de tracción.

FOTOS RAY 7.7 2021 PRESENTACIÓN PRENSA