La Suzuki GSX S1000 ha recibido muchas modificaciones y una gran evolución para este año. En Suzuki han conseguido su mejor naked deportiva de los últimos tiempos.

Con la política que llevan últimamente los chicos de Suzuki motos, de reciclar bases ya muy conocidas de hace mucho tiempo, han conseguido desarrollar una gama que a unos les gusta más y a otros menos. En el caso de la GSX-S 1000, habían aprovechado las excelentes bases GSX-R ya hace unos años para seguir la conocida y eficaz fórmula para hacer una gran naked deportiva. Es decir, quitar el carenado e instalar un manillar alto, aparte de una óptica delantera con la funcionalidad y estética que se espera de una naked. El caso es que la primera generación de GSX-S, aparecida en el 2015 -acompañado de una versión Sport turismo GSX-S 1000F con carenado completo – estéticamente era bastante particular, y a unos les gustó y a otros no tanto. El caso es que este año 2021, para, entre otras cosas, pasar la normativa Euro5 que ha obligado a acelerar desarrollos de modelos conocidos a todas las marcas, Suzuki presentó una moto que, como mayor cambio estético, tenía un frontal de líneas absolutamente cibernéticas dignas de Robocop o un cómic manga tipo Akira, con las ópticas LED superpuestas en vertical al estilo de lo que puso de moda la Ducati 999 diseñada por Jean Pierre Terblanche en el año 2003.

Lo cierto es que esta Ducati no tuvo una gran aceptación estética, por lo que la fugaz moda de los faros superpuestos no se impuso más que en algunos modelos, pero parece que ha vuelto con fuerza puesto que también lo hemos podido ver en la nueva gama MT de Yamaha, como puedes ver en esta prueba de la Yamaha MT07 2021 pinchando aquí.

El caso es que Suzuki no se ha conformado con estos simples, aunque significativos comercialmente, cambios estéticos, sino que la nueva línea Suzuki GSX-S1000 2021 tiene muchos avances que determinan un comportamiento mucho mejor que los anteriores modelos, Así que, ¿qué tiene de nuevo?

PRUEBA SUZUKI GSX S1000 2021: PEQUEÑOS GRANDES DETALLES

En cuanto a ergonomía, te sientes en una posición bastante familiar, con los semimanillares elevados y relativamente adelantados y bajos para que, incluso con el tronco recto, puedes cargar peso en el tren delantero para tener más control de la dirección.  A este respecto anuncian ligeras, pero efectivas, modificaciones como unos puños que se acercan 20 mm. más al piloto con más anchura del manillar, concretamente 23 mm. Estriberas moderadamente altas, buen asiento… La verdad es que es una moto razonablemente cómoda. A este respecto no podemos olvidar los apéndices-alerones aerodinámicos que incorpora, muy al estilo de las MotoGP pero más disimuladas ¡Proporcionan un toque futurista bastante cachondo! En cuanto a la efectividad de los apéndices aerodinámicos, puedes informarte más leyendo nuestros reportajes pinchando aquí.

Pero lo importante viene en el tacto general. En el dossier de prensa ya avisan de que han reajustado la amortiguación, que suele ser sinónimo de que apenas les han hecho nada. Aquí se cuenta con horquilla y amortiguador trasero multi regulables KYB con frenos con discos de 310 con pinzas firmadas por Brembo.

En cambio, en este caso, sí que, nada más rodar, sentí bastante más firmeza del que recordaba de modelos anteriores. Además, sí que han incorporado un acelerador totalmente electrónico, sin un solo milímetro de holgura, lo que ya incluso acelerando en parado te proporciona una respuesta infinitamente más directa a tu muñeca. Además, esto significa que pueden meter mucha más electrónica, y así ha sido. Las ayudas no solamente son más, sino que tienen una gran ventaja de que son fácilmente seleccionables.

Presionando el botón tipo joystick de la piña izquierda, navegamos a través de lo que Suzuki ha denominado S.I.R.S, acrónimo en inglés de Sistema de Conducción Inteligente de Suzuki. Así, podemos seleccionar hasta tres modos diferentes de conducción (o más bien pilotaje lo llamaría yo) que son los clásicos Activo, Básico Y Confort de más a menos deportivo. Así, en cada una vienen preajustados sus respectivas curvas de potencia, en que cambia la entrega de más a menos agresiva, además de los cinco niveles de control de tracción más desconexión, y ABS. Otro de los detalles que hacen cambiar totalmente el pilotaje de esta moto con modelos anteriores es el cambio de marchas bidireccional, que necesita un acelerador totalmente electrónico que ahora sí tiene y antes no. Por lo tanto, con la GSX S1000 2021 puedes subir y bajar marchas sin usar el embrague.

Pasemos al motor. La base es exactamente la misma de la Superbike Suzuki GSXR 1000 2003, con un cubicaje real declarado de 999 cm³, que son 998,6 reales. El diámetro por carrera es de 73,4x 59 mm, y aquella era una excelente, potente y dosificable motor. Pues para este año, los chicos de Suzuki han hecho virguerías para poder ganar potencia respecto a las anteriores GSX-S desde el 2015. La GSXR 2003 declaraba 164 cv, que se rebajaron a aproximadamente 147 en las últimas versiones GSX-S que ya cumplía ya con normas Euro4. Sin embargo, ahora nos deleita con 152 cv, pequeña pero sustanciosa ganancia que se junta al excelente y mejorado tacto de acelerador y motor.

Ahora es fantásticamente progresivo a la vez que poderoso en bajos y medios, con modificaciones en árboles de levas, muelles de válvula, toberas de admisión y otros detalles como el embrague antibloqueo con muelles más blandos. También, por supuesto, el sistema de escape es nuevo para “acallar” el motor y reducir emisiones. Se promete una ligera reducción de consumo, a lo que se suma un depósito de 19 l, con más capacidad que el anterior, lo que es de agradecer en cualquier uso.

Llantas nuevas, bastante aligeradas, y un perfil más afilado (y bonito, realmente) que el modelo anterior, a lo cual ayuda la nueva óptica frontal que reduce el volumen general. Se declaró un peso total, ya en orden de marcha, de 214 kilos, pero lo cierto es que incluso para moverla en parado, se nota ligera y manejable.

PRUEBA SUZUKI GSX S1000 2021: PROBANDO

En su momento pude probar, y años más tarde también al disponer de una unidad de aquel año, la antigua Suzuki GSXR 2003, y os aseguro que es uno de los motores que han cimentado la fama de las Superbikes de Hammatsu. Eran suaves y perfectamente dosificables a cualquier régimen, por eso las GSX-S recientes me parecieron un poco demasiado “descafeinadas” a altas revoluciones.

Arrancar esta Suzuki presionando ligeramente el botón rojo, y entre en funcionamiento el Sistema de Arranque Fácil de Suzuki, que gire el motor hasta que se pone en marcha. Metes primera y en esta GSX-S, ya desde el primer giro acelerador, noté que algo había cambiado. La respuesta es mucho más enérgica, inmediata sin perder ninguna de sus características en cuanto a progresividad. Además, y como comenté antes, es maravilloso tener un acelerador sin un sólo milímetro de holgura, que casi te permite creer que tus pensamientos se transmiten a la rueda trasera inmediatamente.

Además corre, y corre mucho, como siempre en la nueva generación de naked deportivas, más de lo que es capaz de soportar tu cuello durante más de un minuto. Con más de 150 cv, como comprenderás es capaz de rodar muy, muy por encima del de los 200 km hora… pero no hay que engañarse y saber que eso en carretera abierta, aparte de ilegal, es un suicidio muscular. Donde siempre se disfruta a tope una naked deportiva es en una carretera o circuito revirado. En este caso, además, mientras en otros modelos me pasó un buen rato ajustando y apretando dureza de muelles e hidráulicos de la amortiguación, aquí casi desde el primer instante todo parecía ajustado a mí, y apenas tuve que apretar ligeramente el muelle trasero.

Desde ese momento cualquier curva me parecía fácil, y la Suzuki GSX S1000 2021 me parecía capaz de hacer trazadas que para otra moto serían complicadas, y todo con una seguridad aplastante; pegándote al ápice y acelerando como un demonio exactamente hacia donde diriges tu mirada. Simplemente me encantó esta respecto a GSX S anteriores, que las recuerdo más blandas, menos reactivas y, en general, de peor calidad. Como toque deportivo, la tapa tipo colín monoplaza que puedes montar, como el que tiene nuestra unidad de pruebas y puedes ver en las fotos, queda estéticamente espectacular.

En cuanto al diseño, la verdad es que esta nueva fiebre de faros superpuestos no me vuelve loco ni mucho menos, y menos en el apagado color gris mate de nuestra unidad (que increíblemente se ha puesto de moda en el mundo de la automoción, desde coches de lujo hasta scooters), pero lo cierto es que es una moto tremendamente disfrutable, cómoda, y que te permite un excelente aprovechamiento de las nuevas ayudas electrónicas (menos que algunos modelos de la competencia, pero suficientes para ser efectivas) porque es fácil navegar por el menú. Simplemente presionas el botón central de la piña izquierda y con los botones vas subiendo y bajando, incluso en marcha, aunque en este caso sí tendrás que soltar el acelerador.

El intrusismo me pareció simplemente perfecto, al menos a ritmo de carretera, y apenas me daba cuenta de su actividad por la iluminación en el cuadro digital LCD, algo triste respecto a las TFT de, por ejemplo, su prima anabolizada la Hayabusa 1300.

La suavidad general es tan impecable como en las últimas generaciones con este veterano motor de 1000, lo que la convertiría en una excelente rutera (para el piloto, lo del pasajero tiene que juzgarlo cada cual…) si tuvieras algo que te protegiese del viento. A este respecto, como complementos de fábrica, dispones de una pequeña cúpula que te cubre los relojes y puños calefactables. Además, los consumos medios se mantuvieron en 6 l a pesar de muchos tramos a buen ritmo e incluso con pasajero. Rodando a ritmo normal o rutero, es fácil mantenerse en 5,5-5,6.

PRUEBA SUZUKI GSX S1000 2021: CONCLUSIÓN

Es la mejor naked deportiva que he probado de Suzuki en mucho tiempo. La última que, personalmente, realmente me gustó a pesar de su peso, fue la B-King1300, y de eso hace ya muchos años. Pinchando aquí puedes recordar un reportaje sobre 7 grandes naked deportivas de Suzuki para ver algunas de ellas.

Francamente, en este caso me esperaba una simple y ligera remodelación para presentar un modelo ya conocido como si fuera nuevo, y pasar la Euro5… pero no. Me he encontrado con una moto rápida, estable, suave, potente, con buena electrónica muy usable y que en colores como el azul Suzuki Racing es bonita. Además, de su segmento es una de las más baratas del mercado puesto que cuesta 13.695 €. Una excelente compra que espero que Suzuki sepa aprovechar y escalar en los puestos de ventas como se merece esta moto.

PRUEBA SUZUKI GSX S1000 2021: LIKE-NO LIKE

LIKE: Relación calidad precio. Comportamiento general muy mejorado. Motor.

NO LIKE: Protección aerodinámica. Menos Ayudas electrónicas que algunas competidoras.