Pocas marcas, muy pocas, tienen la leyenda y la tradición de Indian, pero eso no es suficiente. Por eso han desarrollado la “mega Bagger” más tecnológica y potente, la Indian Challenger 111.
MULTIMEDIA: @mhinjos . @IndianMotorcycleSpain
¿111 qué?, ¡ pues pulgadas cúbicas, que estamos hablando de una de las marcas más pùramente Made In USA que existen!
Efectivamente, las fábricas con tanta historia y leyenda muchas veces son acusadas de mantenerse solamente sobre eso, historia, y que realmente ofrecen poco menos que bonitos recuerdos y diseños atractivos, pero la verdad es que desde que Indian fue recuperada de su larguísimo letargo (una historia que daría para un buen libro…) se han esforzado en demostrar que eso se había terminado. Y realmente los “Indios” lo han hecho bien, condenadamente bien, tanto que en los últimos 6 años (reaparecieron en el 2014) han revolucionado el mundo custom.
Todos sus rivales directos han tenido que apretarse, y mucho, los machos para alimentar a un segmento de aficionados muy grande y exigentes a nivel mundial, además de lo importante que es esta parcela del motociclismo a nivel de imagen popular especialmente en el gigantesco continente americano.
Así las cosas, Indian tenía hasta ahora el gigantesco motor Thunder Stroke (¡cómo me gustan los americanos poniendo nombres poderosos y llamativos en el mundo de la moto!) de 116 pulgadas cúbicas, que son ni más ni menos que 1.901 cc, con una estructura clásica de un gran V2 refrigerado por aire. Con el empujan las grandes cruiser y Touring como las Roadmaster o Chieftain.
Por otro lado tenemos las “ligeras” Scout de 999 y 1.133 cc, y también la deportiva Indian FTR 1200– cuya prueba puedes leer pinchando aquí. Todas estas ya tienen modernos motores (con aspecto de clásicos) con detalles como tener su V abierta hasta los 60º, estructura que ya se ha usado en algunas deportivas como las Aprilia RSV2.
Y aquí ha llegado Indian y ha decidido crear una moto gigante, pero con potencia, tecnología moderna y electrónica de última generación ¡La estética no tiene que estar reñida con la tecnología!
PRUEBA INDIAN CHALLENGER 2020: SUS SECRETOS, SU TECNOLOGÍA.
Pues partiendo de los motores “pequeños” y modernos, los ingenieros de la marca han cogido los cilindros y los han hecho más grandes y más altos, pasando por ejemplo de los 102 de diámetro x 73.6 de carrera de la FTR a 108×96.5 ¡Todo un proceso de anabolización! Así se llega a las 108 pulgadas cúbicas o 1789 cc, como prefieras, del motor PowerPlus que impulsa la gigantesca Indian Challenger.
Si, gigantes y de aspecto clásico, pero refrigerado por agua, evolucionada inyección electrónica, 4 válvulas por cilindro, doble árbol… prácticamente como un motor sport aunque con una hoy día conservadora compresión de 11:1. Así se consigue el motor más potente que nunca ha impulsado una megacustom de serie, 122 cv que además (como era de suponer) exhiben un músculo digno de un lanzador de martillo ruso en plena Spartakiada con… ¡178 Nm a 3.800 rpm! Un verdadero expreso cruzando el desierto de Minnesota, que es donde nació Indian.
Pero eso es solo la punta del iceberg, porque también incorpora 3 modos de conducción – Rain, Standard y Sport- que dan la misma potencia final pero con un carácter muy distinto, de más tranquilo a más deportivo. Pero recuerda que los modos de conducción no solo incorporan curvas de potencia, sino también el intrusismo del ABS o el control de tracción, que en esta Indian están regulados por una plataforma IMU como el de las motos más tecnológicas del mercado, que suelen ser deportivas evolucionadas en las carreras.
Por otro lado, la gran pantalla de siete pulgadas a todo color que hacen el cuadro de mandos incorpora el sistema Ride Command, con el que puedes parear tu moto con tu smartphone o complemento electrónico que quieras, además de informarte de todos los datos que necesites, desde la presión de las ruedas hasta la temperatura ambiental, y todos los datos que esperas de un completísimo ordenador de a bordo: consumo instantáneo y total, distancia recorrida, perfil del viaje, etcétera.
Desde luego, su función de Bagger rutera la cumple perfectamente. Además, incorpora delante un gran mascarón frontal con una pantalla regulable de 406 mm además de incorporar pequeños deflectores laterales, lo que asegura desviación del aire en el tronco y la cabeza del piloto.
La llave es de proximidad, por lo que no tienes más que llevarla en el bolsillo para acercarte a ella, apretar un botón y¡lista para arancar! Para ab rir el depósito hasta de presionar un botón (muy) camuflado debajo del cajetín derecho.
En cuanto a la parte ciclo, tiene un chasis tubular de ¡aluminio! para aligerar un conjunto que ya está destinado al gigantismo por concepto como es el de una Bagger. En este caso, 365 kilos sin nada de carga, lo que sin duda es mucho peso, pero no menos del que te esperas en una custom gigante. Además, incorpora una sólida horquilla invertida delantera con 130 mm de recorrido (el diámetro no parece la ficha técnica) y un amortiguador Fox trasero, lo que junto con un equipo de frenos radiales delantero Brembo consigo un comportamiento dinámico mucho, mucho mejor del que te esperas.
PRUEBA INDIAN CHALLENGER 2020: CHALLENGER ES NOMBRE DE NAVE ESPACIAL
Efectivamente, el Challenger es el transbordador espacial más famoso de la historia, por lo que los chicos de Indian el no estuvieron nada equivocados a la hora de elegir el nombre de su nueva creación. Cuando te montas tienes la sensación que recuerdas cuando has probado otras custom gigantes como la Victory Vision o Harley Ultra… Todo muy grande, los brazos apenas te llegan para girar a tope el manillar y la ergonomía es lo más parecido estar en el sofá orejero de tu casa: asiento bajo y acolchado, brazos horizontales colgados del manillar, pies adelantados apoyados de unas plataformas acolchadas con una placa de goma, y en esta ocasión con pocas vibraciones, lo que desde luego no es muy habitual en ninguna custom pero menos en una de esta cilindrada.
¿Cuál es la razón? Pues simplemente que el PowerPlus es un motor moderno con tecnología y soluciones modernas, y refrigerado por agua. No hay más que ver los gigantescos cilindros laterales sin aleteado para aprovechar el aire de la marcha y el gran radiador frontal para saberlo. De esta forma, el motor es infinitamente menos rumoroso y vibrador de lo habitual en el segmento, y también con un tacto infinitamente más progresivo, dosificable y con una respuesta al acelerador que a veces te despista, porque es prácticamente como el de una naked deportiva… Pero sin olvidar que estás arrastrando casi 400 kilos.
Con sus tres curvas de potencia, bien escalonadas y ajustadas y con las significativas diferencias que han de tener, si eliges la más suave (lluvia) la verdad es que a veces, sobre todo en esquinas y curvas muy lentas, notas algo de falta de respuesta enérgica al acelerador con tanto peso, aunque desde luego el consumo se reducen espectacularmente. Lo más habitual es elegir la segunda opción, la Standard, que combina una óptima respuesta al acelerador capaz de empujar a la Challenger sin ningún problema y perfecta dosificabilidad…. Pero si buscas algo más está el modo Sport. Aquí tanto el sonido como el tacto del motor os aseguro que es prácticamente el de una deportiva, con buena respuesta y su aceleración a pesar del peso.
Además, las excelencias del chasis de aluminio y la bien ajustada amortiguación, junto con unos frenos que no solamente frenan sino que no se me agotaron incluso en zona de curvas, te permite disfrutar como jamás te imaginarias en una moto de este volumen. Pero claro, no te puedes dejar llevar ni mucho menos por una dinámica que no tienes, porque acelera mucho y bien… pero sigues llegando a la curva con casi 400 kilos y 2 metros y medio de longitud.
Vamos, que te deja disfrutar como no te imaginas en carreteras incluso reviradas, pero no puedes olvidar que estás montando en una super custom de gran cilindrada. Otro detalle que determina su buen comportamiento es haber evitado caer el gigantismo de otros modelos que equipan ruedas sobredimensionadas. En este caso, con llantas de 16 detrás y 19 delante, tenemos unos buenos Metzeler Sportec de 180 y 130 mm de ancho respectivamente, por lo que resulta bastante ágil y, más sorpresas, tardas bastante en rozar las estriberas. Puedes inclinar bastante más de lo que te piensas, sobre todo en curvas largas.
La comodidad general está fuera de toda duda, además de la eficaz pantalla regulable electrónicamente que te permite desviar totalmente la idea de la marcha de tu cabeza. En cuanto a sus cualidades ruteras, que como digo son indiscutibles, las típicas maletas estilo custom estrechas y alargadas tienen (como siempre) mucha capacidad real pero poca efectiva. Es decir, que declaran 68 l de capacidad, pero en los que no cabe ningún casco.
Por cierto, incorpora un potente y efectivo equipo de música para sintonizar la radio o enchufar un USB o tu propio móvil en el cajetín con tapas situado a la derecha. Esto es perfecto para los larguísimos viajes que te inspira el simple hecho de montarte sobre la Challenger, un nuevo paso hacia el futuro de las mega custom, y en este caso de las Bagger. Su precio, desde luego, no es contenido porque sobrepasa los 32.000 € en cualquiera de sus versiones Limited o Dark Horse, que subirían si te decantas por alguna de sus packs de complementos Challenger Rogue (más agresiva) o Tour (más rutera… aún).
El lujo no es barato, pero vale lo que cuesta.
PRUEBA INDIAN CHALLENGER 2020: LIKE-NO LIKE
LIKE- Motor. Tecnología y ayudas electrónicas. Chasis y amortiguación.
NO LIKE- Peso. Maletas estrechas. Precio elevado.
FOTOS PRUEBA INDIAN CHALLENGER 2020 MOTORADN.COM