La evolución de Moto Guzzi es evidente desde hace años, y ahora ha dado un golpe en la mesa. Con la V100 Mandello ha creado una excepcional sporturismo, y aquí la probamos a fondo para ti.

Históricamente, Moto Guzzi ha tenido grandes turísticas ya sea con las custom como las Californias o con modelos como la primera con cambio automático como la Convert del año 80. Bueno, pero no nos engañemos: aunque las nuevas generaciones les cueste asimilar a Guzzi como un icono de las superdeportivas más radicales, la marca italiana tuvo, entre otras y ni más ni menos, que la Le Mans 850 ¡Palabras mayores!

No obstante, lo cierto es que, como muchas fábricas italianas, fue cayendo en una crisis de la que se recuperó cuando fue absorbida por el grupo Piaggio a principios de los 2.000. Vieron en ella, con toda lógica, la marca con un infinito potencial desaprovechado durante años, además de poder ser una verdadera gallina de los huevos de oro con la fiebre de las motos retro y vintage que se acercaba en aquel momento, y que nos invade desde hace un tiempo. No obstante, lo que está claro es que la marca de Mandello (así se llama el pueblo donde Moto Guzzi nació y está su fábrica, no por el modelo que probamos hoy… ¡que también!) tenía que evolucionar con novedades reales, aparte de aprovechar el innegable atractivo de sus gamas más “old fashion”.

PRUEBA MOTO GUZZI V100 MANDELLO: ESE MOTOR…

Ya desarrollaron un gigantesco motor 1.400 bicilíndrico, por supuesto siempre con la misma configuración clásica de la marca: el V2 a 90 grados transversal con transmisión por cardan. Pero debían desarrollar algo más dinámico, usable y generalista, y aquí tenemos la primera muestra.

Se trata de la Moto Guzzi V100 Mandello, que es una estilizada sporturismo, mucho más bonita en vivo (extrañamente atractiva, lo calificaría yo) de lo que parece en fotos, con tres versiones diferentes y montones de tecnología y que declara 233 kilos en orden de marcha.

De momento, su V2, respetando las señas de identidad inseparables de Moto Guzzi, incorpora muchos, muchos cambios y evoluciones, pero posiblemente uno de los que más llame la atención (desde un punto de vista técnico y mecánico) es que las culatas han girado 90 grados para favorecer la admisión y el escape, y además esto ofrece una sorprendente pero muy eficaz ventaja ergonómica añadida: que logra adelantar mucho más el motor y los típicos roces y golpes de la rodilla con las culatas   prácticamente desaparecen. Además, el motor se ha girado 5º hacia delante para lograr más espacio.

Para controlar las vibraciones (famosas en las Guzzi clásicas) se incorpora un eje contrarrotante. En cuanto al basculante con el cardan, se ancla muy bajo para ganar longitud (y por lo tanto tracción) sin hacer la moto muy larga, y con 6 grados entre el piñón y la transmisión para dejar espacio para el neumático trasero de 180 de ancho.

Más tecnología. Tiene 3 cadenas de distribución con tensores hidráulicos independientes.

Cúbica 1042 centímetros cúbicos reales y declara 115 caballos con un par tan eficaz como te puedes imaginar en un motor con esta cilindrada unitaria, pero además tiene toda la tecnología que te puedes esperar en una moto actual del grupo Piaggio. Por ejemplo, tiene cuatro modos de conducción (Travel, Sport, Rain y Road) en que puedes regular el freno motor, la curva de potencia y, por supuesto, el principal gadget técnico que alucina todo el mundo. Nos referimos a unos flaps laterales que se abren o se cierran según lo programas en cada modo de conducción. Puedes dejarlas abiertas o cerradas en todo momento, o programar a qué velocidad (hasta los 95 kilómetros por hora) quieres que se desplieguen una vez estés en marcha. La pantalla, estrecha pero eficaz, se puede regular en altura electrónicamente.  Esto es lo que consigue los chicos de la marca han denominado aerodinámica adaptativa.

El resultado es que, siendo una moto espigada y básicamente estrecha, puede llegar a tener un frontal que proteja casi como si fuera el de una turística. De hecho, reduce la presión del aire (o aumenta la protección, vamos) un 22% cuando tienes los «flaps» y la pantalla elevada subida.

Los frenos son Brembo de la calidad que te puedes imaginar en una moto premium italiana, por supuesto con pinzas de 4 pistones de anclaje radial. De las tres modelos que tiene la marca ahora mismo, nosotros hemos probado el básico (15.999 euros) con amortiguación regulable a mano, puesto que el modelo superior denominado S (18.499 euros) tiene amortiguación electrónica Öhlins Smart S y muchos gadgets, además de una serie limitada llamado Aviazone Navale (17.499 euros) con aún más gadgets, como puños calefactables o sensores de presión de ruedas.

PRUEBA MOTO GUZZI V100 MANDELLO: LO QUE TE INTERESA

En nuestra prueba pudimos probar su estabilidad sorprendente, una vez apretamos y ajustamos bien la amortiguación, y una transmisión por cardan que casi, casi funciona como una cadena. Eso sí, el cambio tenía un tacto un poco tosco porque la cogimos con solamente 500 km. Seguro que con el rodaje se suaviza.

Por otro lado, como buena Sporturismo, tiene preinstalación de anclajes para las maletas, y sí que echamos de menos algún complemento de los que tienen modelos superiores, como esos puños calefactables, un cambio semiautomático bidireccional que me hubiera venido de perlas en tramos revirados, o una llave wireless que se echará en falta aún más en invierno.

La respuesta del motor desde bajas vueltas es más que rotunda, con las vibraciones muy controladas. No digo que no sientas palpitaciones, porque ya los ingenieros de Moto Guzzi se han encargado de que mantengas ese temperamento propio que te esperas de un motor así (al igual que el bóxer de BMW, por ejemplo), pero sube de vueltas y te recompensa con un buen empuje incluso desde las catacumbas del tacómetro, algo muy de agradecer en una moto que tiene una buena diferencia entre sus distintos modos de conducción que son Rain, Road, Turístico y Sport.

Francamente el Rain es tan suave que para conducir por ciudad se queda poco rotundo en bajos, pero en carretera el tacto es aterciopelado y gasta poco. Subiendo, el modo Sport te permite disfrutar de una buena pegada y una buena tracción en curva, y con su estabilidad la verdad es que disfrutas de cada recorrido que te hagas. Además, su ergonomía es perfectamente relajada, con un buen control del tren delantero gracias al diseño del manillar que te permite cargar peso delante sin cansarte nada, y con un asiento muy bien acolchado tanto para piloto como para pasajero. Además, la regulación de la precarga de muelle trasera es fácil a través de un pomo, algo que por otro lado deberían tener todas las motos, pero no lo tienen… y en este caso sí. O sea, que si colocas maletas y pasajero cargando mucho peso detrás, rápidamente podrás compensarlo endureciendo el muelle. El consumo nos ha variado mucho dependiendo del modo de conducción el peso que arrastremos, y nos ha variado de 5,4 a 7,5.

PRUEBA MOTO GUZZI V100 MANDELLO: EL PRINCIPIO

Nadie duda que esta moto es el principio de una gran familia, y que será la base de muchas Guzzis que nos llegarán a partir de ahora. Gran moto, tecnológica, con personalidad y un atractivo que es evidente cuando empiezas a recibir llamadas de duros moteros y viejos amigos, desde traileros hasta “racers” puros que quieren quedar contigo para verla en vivo porque “les interesa”. Es decir, que se plantean que esta combinación de eficacia, tecnología y personalidad puede ser su próxima moto.

¿Estás tú entre ellos?

PRUEBA MOTO GUZZI V100 MANDELLO: LIKE-NO LIKE

LIKE: equilibrio y polivalencia. Tecnología. Diseño y personalidad.

NO LIKE: algo más de potencia. Sin llave remota. Sin cambio semiautomático en el modelo básico.

PRUEBA MOTO GUZZI V100 MANDELLO: GALERIA FOTOS