La Superduke de KTM fue una de las primeras, más impactantes y efectivas naked deportivas de las que pudimos disfrutar los aficionados. Ahora, aquí tenemos su hermana aventurera Superduke GT cuyo nombre no está precisamente en clave, porque muestra exactamente que va tan bien, es tan deportiva y tan seductora como la Superduke, pero además es una Gran Turismo ¿Es eso posible?

En el 2005 pocas motos sin carenado tenían un espíritu tan racing y adrenalínico con sus 990 cc de aquel entonces. Su “paso por el gimnasio” para elevar esos casi 1000 cc hasta los prácticamente 1300 fue el año pasado, pero ha sido en este 2016 cuando apareció la versión GT. Muchos nos temíamos que ese apellido turístico se hubiera llevado parte del encanto deportivo a favor de la polivalencia y la amplitud de uso que se le exige a una versión que tiene que servir también para viajar con ella, maletas incluidas… pero KTM nos ha vuelto a sorprender y el resultado no es que una naked “street fighter” haya perdido carácter, sino que una GT lo ha ganado

¡Y de qué manera!

Para empezar, el motor

Una buena muestra de que el espíritu deportivo de KTM siempre sobrevive (recuerda, Ready to Race) lo confirma el hecho de que, cuando miras las características del motor, te das cuenta que son prácticamente las mismas de la versión naked.

Si la RC8 era una superbike pensada para el Mundial, al tener dos cilindros debía cubicar un tope de 1200 cc, y así era. Exactamente 1.195 propulsaban una de las deportivas más llamativas que he probado nunca… pero las naked deportivas no tienen límite, y está claro que si este modelo se denomina 1290 es que algo cambia respecto a “solo” una 1200. Para la SuperDuke aumentaron 3 mm los pistones y los cilindros, que ahora tienen 108 y 71 mm.

Así, tenemos el gigantesco V2 a 75º de casi 1.300 cc reales con unos devastadores 173 CV y 144 Nm de par, que como es obligatorio actualmente, tiene todo tipo de electrónica para poder disfrutar de ella tope. Por ejemplo, cuenta con tres curvas de potencia tremendamente efectivas y que confirman la evolución en el apartado electrónico han tenido los austriacos en los últimos años. Los tres modos son:

Rain: o sea, “lluvia” en cristiano, que ofrece 100 CV suaves.

Street: Toda la potencia, pero con una entrega suave en medios y bajos.

Sport: para hombre de verdad. Acelera y empuja como un bicilíndrico de alta compresión a más de 12000 rpm. Sin comentarios.

La arrancas y el poderoso bicilíndrico retumba debajo de ti. El maravilloso embrague te permite meter primera con suavidad y salir progresivamente hacia delante, sea cual sea el modo de potencia. Si eliges el de 100 CV se nota más suave, pero sin dejar de empujar y acelerar si es necesario aunque no busques altas prestaciones, y por lógica también te recompensa con un consumo entre medio y 1 litro menor, mientras que en Sport es muy difícil que nadie pueda ser más rápido en aceleración. A ritmos normales, y con el modo más potente, bebe entre 6 y 7´5 litros. Por cierto, aquí tenemos un gran depósito con unos excelentes 23 litros, unos 5 más que su hermana naked, pero que cuando ruedas te parece estrecho y manejable. ¡Maravillas de la ingeniería y el diseño!

Desde luego, las diferencias de “tacto” entre las tres curvas son evidentes, siempre dejando claro que en ninguna de ellas sientes el motor torpe, falto de tacto en bajos y medios o funcionamiento a “trompicones”… algo que en otros modelos si ocurre. También sorprende es la ausencia real de vibraciones molestas, incluso a altas revoluciones, a pesar de su descomunal cilindrada unitaria y su compresión por encima de los 13:1. Personalmente lo que más me ha sorprendido es la suavidad que se consigue prácticamente a cualquier régimen con una cilindrada unitaria de prácticamente 650 cm³. El embrague es algo duro, pero perfectamente controlable, que además cuenta con una bomba Magura como es habitual en KTM, y con un sistema anti rebote para permitirte bajar marchas como una ametralladora sin el más mínimo problema, y con el freno motor también bastante controlado y dosificable.

 

 

Y proximamente…

Después de saberlo todo sobre como es por dentro la SuperDuke GT, ¿quieres saber realmente como va? ¡Claro, por eso te gustan las  motos! Pues no te pierdas la segunda parte de nuestra prueba, porque esta KTM tiene chasis amortiguación, chasis… ¡lo tiene todo!

KTM Superduke 1290 GT