La Yamaha MT 700 nos gustó a  todos nada más probarla, y la tercera de esa generación, la Yamaha Tracer 700, tiene ese mismo efecto. Pura magia que te hace sentir inmediatamente que una moto tiene sus límites, todos sus límites, mucho más lejos de lo que te imaginabas.

Y cuando me refiero a sus límites no me refiero solo a los deportivos, sino a realmente todos. Sirve para viajar, para usar en la ciudad a diario, para esa zona de curvas en que las deportivas parecen imbatibles, para montar en pareja… todo.

Origen

Y es que hace tres años Yamaha pareció encontrar la llave maestra para crear las motos casi perfectas. Las primeras MT 09 y MT 07, con sus nuevos y brillantes motores de 3 y 2 cilindros respectivamente, impulsaron unos modelos que mezclaban lo mejor de la nueva ola de las naked deportivas con un toque agresivo Streetfighter. The Dark Side of Japan, La Cara Oscura De Japón fue su lema, para dar a entender que las técnicamente perfectas motos niponas iban mucho más allá de buenos motores, fiabilidad y buen precio. Contra la nueva ola de motos europeas desnudas y deportivas, ¡abraza el lado oscuro!

Como era de esperar, con esa misma base se derivaron varios modelos como las preciosas naked con toques retro XSR y la que aquí tenemos, la Tracer. Todas en ambas cilindradas, y aquí nos ha tocado probar la 700 que, para más cachondeo, es una unidad de prensa negra, pero negra, negra. Desde el chasis hasta el frontal, tapas laterales y depósito. ¡Esto sí es el Lado Oscuro y no el de Darth Vader!

Menos es más

Muchas veces se dice que “menos es más” refiriéndose a que con menos peso y potencia, se puede conseguir motos salvajemente eficaces al ser mucho más manejables… Siempre y cuando esa potencia no sea escasa y sí aprovechable. Excelentes ejemplos hay al respecto en los últimos tiempo, como las Ducati Monster y la Suzuki SV, pero posiblemente el mejor ejemplo sea la familia 700 de Yamaha. Como hemos dicho, se ha utilizado ya en varios modelos de la marca, y os aseguro que dado su rendimiento se usará en muchos más.

Es un bicilíndrico paralelo, configuración que tras estar unos años casi relegado a las motos puramente retro, ha cogido fuerza en los últimos años y parece la gran moda actualmente. En este caso se ha aplicado, además, la configuración “Crossplane”, una técnica distintiva de Yamaha en los últimos años tanto en la calle como en las carreras que es donde se creó. Hace que las explosiones del motor sean más espaciadas de lo normal porque el cigüeñal ha se calado a 270°. Esto, que en principio puede parecer que disminuye la potencia y el empuje, no es así puesto que con la evolución del electrónica la potencia es igual a otras configuraciones, pero en cambio las explosiones “desiguales” consigue que el que monta encima (o sea, en esta prueba yo, o cualquiera de vosotros que pueda disfrutarla) tenga un control mucho mayor sobre el empuje de la moto, puesto que la tracción mejora al espaciar también la aplicación de la potencia sobre el terreno. Claro que en este modelo se nota, pero no os quiero contar lo que ocurre sobre una superbike como la R1… algo grandioso.

En cuanto a datos más normales y que no requiere explicación, desde luego cuenta con 4 válvulas por cilindro, refrigeración líquida y una cilindrada real de 689 cm³. Proporciona prácticamente 75 CV a 9000 revoluciones y un excelente par de 68,0 Nm (6,9 kg-m) a 6500 rpm, lo que te permite acelerar mucho antes y con más confianza que tus amiguetes, o tener mejor tracción a la salida o en medio de cualquier curva.

El chasis es un tubular de acero redondo, configuración clásica que, aparte de cuestiones técnicas, le viene fenomenal a su diseño. Claro que, como te darás cuenta, la Tracer podríamos considerarla como la versión trail asfáltica de la más deportiva y “guerrera” MT. Resumiendo, que las modificaciones buscan que la Tracer 700 sea más rutera y que pueda rodar mejor sobre cualquier asfalto por malo que sea su estado. Por eso tiene un basculante 50 mm más largo, lo que alarga los ejes hasta los 1450 mm, mientras que las suspensiones (sorprende que delante tengamos una horquilla convencional en lugar de invertida) alargan su recorrido hasta los 130 mm para absorber cualquier tipo de asfalto bacheado que puedas encontrar en tu ruta… O baches que tu ayuntamiento no haya arreglado cuando te mueves por la ciudad, vamos. Los discos de freno son de 282 mm delante, con pinzas de cuatro pistones, y 245 mm. detrás.

Si uno de los problemas de las motos súper viajeras tradicionales es el elevado peso, en modelos como éste con unos muy contenidos 196 kilos comprendes porque parte del mercado se está decantando por ellas para viajar.

Rutera, ágil, divertida

Mis referencias anteriores con las Yamaha 700- o sea, las que hay, que son la MT y la XS- hacen parecer a esta Tracer bastante alta (asiento a 835 mm de altura), sin que desde luego llega a resultar ningún problema si rondas el 1,70. Está claro que el objetivo de “trailizar” la muy bajita MT 700 ha elevado la altura general, pero el estrecho motor y el ajustado chasis es el mismo, por lo que también es muy ajustada a la altura del asiento y aumentan muy poco el arco de la pierna. También ese aspecto trail te hace esperar un manillar muy ancho y alto, y desde luego se ha elevado respecto a sus hermanas porque, al ser el mismo chasis, lo vemos anclado a unas torretas bastante largas, pero ancho no es. Te sorprende que es bastante más estrecho de lo que esperabas, lo que desde luego se agradece cuando te mueves por la siempre atascada vida urbana.

Fotos prueba Yamaha Tracer 700

El motor cobra vida palpitando, como buen bicilíndrico, con un sonido ronco pero muy civilizado. Desde luego, mejorará con el precioso escape Akrapovic que la misma marca ofrece entre la interminable lista de complementos para estos modelos. De hecho, nuestra unidad apenas tenía montada ninguno, y vemos detalles de preinstalación como el alojamiento para una toma de corriente en la casa derecha del frontal o detalles sin función en las piñas, preparadas para funcionar cuando tengas instalado el extra.

El cuadro es totalmente digital y con los detalles mínimos como son kilometraje total y dos parcializados les, temperatura externa y de motor, consumos por kilómetros y por litros… No está mal, pero si echas de menos poder navegar por la pantalla desde las piñas y no tener que apretar unos escondidos botones encastrados en la misma pantalla como en modelos nada modernos. De serie tampoco incorpora curvas de potencia ni control de tracción, aunque sí ABS no desconectable. Posición cómoda, todos los mandos bien posicionados y sin muchos líos electrónicos que aprender, todo parece sencillo y agradable. Tu período de adaptación a una moto nueva parece casi inmediato.

¡No te quedes aquí! Sigue con la segunda parte de nuestra prueba de la Yamaha Tracer 700 pinchando AQUÍ