Si eres de los que dice montar en moto todo el año, y me dices que no has pasado un frío polar no te has mojado hasta los tuétanos con cierta frecuencia, es que estás mintiendo en alguna de las dos cosas. Todos somos conscientes de la necesidad de un equipación adecuada y lo más evolucionada posible (dentro de nuestras economías…) Para pasar el menor frío posible y que se nos moje todo llevamos encima. Y aquí entran nuestras carteras, nuestros carnets o dinero que llevemos en los bolsillos, sobre todo billetes. Recuerdo hace dos años que tuve que secar 500 € en billetes como si fuera un mafioso que había pasado sacos de dinero a través de un río… Y casi fue así, pero no era un río sino una hora de lluvia incesante que me cayó encima volviendo una concentración. Traje chaqueta tricapa de fibra inteligente, transpirable e impermeable, pero la cartera con todo lo que llevaba dentro se me quedó más arrugado que unos garbanzos en remojo. Cómo dice un amigo mío, las prendas impermeables son impermeables, no sumergibles, y hay veces que, tras muchos kilómetros bajo la lluvia, has terminado más mojado que el Titanic.

Pero claro, hay que tener en cuenta que nuestros padres o nuestros abuelos, si también montaba en moto lo hacían y no había ni Goretex, ni Cordura, ni Hipora ni cualquier material aislante térmico de los que actualmente disfrutamos. Por lo tanto, tenían que sobrevivir a base de trucos o material estuviera en la época. De todos es conocido el famoso Barbour, que básicamente no eran más de que chaqueta de ¾ con forro interior de paño suave, con toda la parte externa de tejido de algodón impermeabilizado con grasa. Ese era ni más ni menos, todo el truco para motoristas, cazadores y montañeros que quisieran disfrutar (o sufrir, depende de cómo lo mires) de actividades al exterior en todo tipo de clima. Por lo tanto, está claro que con elementos mucho más simples de los que disfrutamos hoy día podemos pasar, al menos, algún pequeño percance o algún pequeño momento delicado que podamos sufrir montando nuestras motos, ya sea a diario con viajes o rutas de fin de semana. Así, aquí he reunido cinco pequeños grandes trucos, básicamente gratis (o casi…) Para proteger nuestras carteras, nuestros documentos, nuestro dinero y a nosotros mismos del frío y del agua o nieve exterior que nos puede caer en cualquier momento en nuestra ruta. Eso si, estas ideas son básicamente pequeños parches o trucos para salir de un momento problemático, no ideas para dejar instalados y que duren mucho tiempo instalados en vuestra equipación o vuestras motos

Comencemos

Las bolsas ZIP son esas pequeñas que nos encontramos en muchos paquetes de regalos o elementos electrónicos dentro de las que suelen venir elementos como los auriculares, las pilas u otros pequeños complementos. Suelen ser pequeñas y tienen un cierre hermético por dos piezas de plástico que encajan en la apertura. Por otro lado, podemos comprar bolsas de este tipo en paquetes en cualquier supermercado, donde encontraremos diversos tamaños, porque también se utiliza para guardar alimentos y diversos elementos en la nevera y, al estar las bolsas aisladas, evitar que huelan o se estropeen más rápidamente.

Por supuesto, lo que a nosotros nos interesa es que son gratis (si encontramos algunas en casa de nuestra madre o algo parecido) o, como mucho, una caja grande suele rondar los dos euros o un precio similar. Así, nos podemos llevar un par de ellas en el bolsillo y, si se pone a llover cuando estemos rodando, podemos meter dentro la cartera, billetes si los tenemos suelto, y también mandos y elementos electrónicos como mando del garaje, el móvil o incluso tarjetas.

Este es el truco motero más viejo del mundo. Si hace una temperatura agradable, pero de repente te cae la noche y la temperatura cae a niveles del rodaje del Doctor Zhivago, no hay nada mejor que ponerte un periódico doblado en el frontal de tu cuerpo, pecho y estómago ¿Y que ventaja tiene esto?, pues muchas. El papel de periódico es de pulpa de madera (de ahí viene el título de la peli Pulp Fiction, pero eso es otra historia), con lo cual tiene mucho aire dentro de su estructura y por ello aísla muy bien del frio. Has de tener en cuenta que no estamos hablando de revistas de papel couché, satinado y barnizado por lo que tiene mucho menos capacidad de aislamiento, sino el de papel tradicional clásico de periódico.

Eso si, evita que se te moje (malo si llueve o nieva), porque absorbe mucha agua y entonces todas sus ventajas para esto que estamos hablando desparecen. Para el frio fenomenal, para el agua, mal.

Las manos, todos los sabemos, son las partes de nuestro cuerpo más expuestos al aire de la marcha, y por tanto al frío. Si de repente comienza a llover, nevar, o simplemente en nuestra ruta o viaje cae la temperatura hasta niveles polares, una idea chapucera, pero francamente efectiva, es fabricarnos unos cubremanetas con cajas de huevos de cartón (grueso y esponjoso, si es posible) o, si no, con botellas plásticas de agua cortadas a lo largo por la mitad. De esa forma, con unas bridas, las fijamos al manillar para cubrir los puños y, por lo tanto, nuestras manos hasta que lleguemos a nuestro destino.

Y, para la próxima, puedes comprarte unos cubremanetas desmontable de neopreno que los montas y desmontasen un momento si lo necesitases, que te ocupan poco sitio en tu bolsa o mochila.

Esto es chapucero, chapucero de verdad, pero unos guantes de goma fina o de fregar (esto sí que, seguro, puedes “escaquearlos” de la cocina de tu casa) para ponértelos por encima o debajo (depende del grosor) de tus guantes de moto. Así te has hecho son unos guantes cortavientos e impermeables en un momento, por cero euros.

No son cómodos ni estéticos, pero te permiten llegar con las manos más secas (aunque, si sube la temperatura externa, te sudarán) y te aíslan del frío al ser cortavientos

Si llevas bolas de depósito, o alguna bolsa fijada al asiento trasero, si te llueve mucho durante un rato, te terminará calando y gran parte de las cosas que llevas dentro se te mojarán por mucho que tenga cremalleras impermeables.

Por eso, muchas de estas bolsas incorporan fundas externas impermeables para ocasiones así. Estas fundas llevan fijación adaptable por gomas o sistemas parecidos, pero si tu bolsa de depósito no incorpora este tipo de coberturas impermeables, te puedes hacer una con una bolsa normal (como la del supermercado), fijándola en la parte inferior con bridas, un pequeño pulpo o algo parecido.

Igual que lo del apartado anterior, queda feo de narices, pero su efectividad es absoluta.