Triumph ha tenido la mejor Street Fighter de media cilindrada desde hace mucho, mucho tiempo, pero ahora… ¡es aún mucho mejor!!! Con vosotros, la Triumph Street Triple 765 RS.

A ver, repasemos un poquito de historia, ¡como en el colegio! Triumph fue la primera marca, allá por mediados de los años 90 que se atrevió a sacar al mercado una auténtica y genuina Street fighter, qué es una moto totalmente deportiva a la que se ha quitado el carenado y se ha instalado un  manillar alto. Por supuesto, este es un concepto inventado por los aficionados. Básicamente, quien se caía  con una deportiva de la época (GSXR, FZR, etcétera) tenías dos opciones: pagar una carísima reparación, o quitar los plásticos e instalar un manillar “off road”. De esa forma se conseguía una moto potente, estable y mucho más manejable y divertida, sobre todo en zona de curvas de carretera. ¡Pura adrenalina!

A esta primera familia de motos Triumph la llamó Speed Triple (de casi 1.000 cc ya desde un principio),  en referencia a legendarios modelos de la marca y a la configuración de motor que desde su “renacimiento” Triumph había decidido imponer como parte de su ADN: Los motores tricilíndricos en línea, que por cierto, y con el tiempo,  el mercado le ha ido dando la razón.

Lógicamente los potentes motores de gran cilindrada conseguían motos excitantes y divertidísimas qué consiguieron un verdadero grupo de entusiastas entre sus usuarios, pero el tiempo demostró que  necesitaban modelos de menor cilindrada para acaparar más público y crear una ¨puerta de entrada¨ para conseguir nuevos adeptos a la marca y a la filosofía de estas naked.  Así, principios de los 2000 pudimos ver un extraño modelo, que ahora mismo se ha convertido en una moto de culto, con el motor 600 de 4 cilindros que triunfó para la primera Triumph supersport, la TT. Años más tarde, en el 2007, ya salieron las primeras 675 cc. de 3 cilindros, y con esa base Triumph creó la fantástica Street Triple que combinaba lo mejor que se puede buscar en una Fighter: rapidez de respuesta, aceleración inmediata y agilidad diabólica. Así, y pasado 2017, la nueva generación Street triple que se componía de tres miembros: S, R y RS.

Prueba  Triumph Street Triple 765 RS: todo nuevo.

Bueno, hay que comenzar diciendo que la nueva generación de Street Triple cambia absolutamente respecto al anterior. Sin duda, uno de sus novedades más importantes es el motor punto suben de 675 a 765 centímetros cúbicos, siguiendo unas cábalas numerísticas muy habituales en la industria  europea, de lo cual el mayor ejemplo histórico es Ducati.

Según declara la marca, el motor cuenta con 80 piezas nuevas que cavan un abismo con la anterior generación. Así, de los anteriores 675 cc (74×52.3 mm de diámetro x carrera), ahora tiene más capacidad en sus 3 cilindros que suben hasta los 78×53.4 mm. Con ese incremento de ¨músculo¨  logra esa subida real de cilindrada con un motor ligeramente más alto y gana en potencia y par. Para que os hagáis una idea, en la anterior 675 se declaraban unos 106 CV mientras que ahora encontramos la versión S con 113 caballos, que cuenta con una versión de menos potencia específica para el A2 (o sea, limitable a 47 CV para ser usado con el carnet recién sacado) y, por otro lado, tenemos la R con 118 caballos, mejores amortiguaciones y una potencia de 118 cv.

Por último, tenemos la RS, precisamente la que ocupa nuestra prueba, que es la versión más completa y deportiva con 123 caballos y que además equipa toda la electrónica y complementos para hacer una verdadera Naked Sport de última generación y, ya os aviso, posiblemente la mejor del segmento.

Pero eso no es todo ni mucho menos. La electrónica  se ha incrementado y mejorado hasta niveles casi perfectos, y no me refiero a su exceso, si no a su comportamiento y a buen funcionamiento. Por supuesto el acelerador es electrónico, para poder gestionar tanto gadget.

De momento, esta RS cuenta con 5 modos de motor (Rain, Road, Sport, Rider y Track) mientras que la S cuenta sólo con 2 y la R con 4, y a la “top” que probamos se le añade el modo Track.  Cada uno con elementos como el control de tracción preseleccionado. Evidentemente, y como habrás deducido, el Rain (lluvia) tiene la entrega de potencia más suave y el mayor intrusismo del control de tracción, mientras que incrementa su tacto deportivo hasta llegar al máximo en modo Track (circuito). El modo Rider (piloto) es totalmente personalizable por cada usuario.

Pero además esta versión RS está trufada de detalles que destilan cultura y visión de verdaderos motoristas. Se ve que no es una moto sólo diseñada por diseñadores, sino por motoristas de verdad que dan su opinión y mejoran pequeños detalles mientras la prueban. La nueva pantalla de 5 pulgadas es perfectamente visible, bien estructurada y puedes elegir entre varios diseños navegando por el menú, pero además evitarás el eterno problema de este tipo de cuadros de mando de que el sol se refleje en el cristal y no te deje ver nada. La solución es tan simple como que bascula sobre si misma variando el ángulo de la gran pantalla simplemente tirando de una solapa situada en la parte inferior izquierda. Simple y muy efectivo.

Para rematar tanta tecnología y efectividad, tenemos detalles de primera como el embrague anti rebote, la horquilla Showa BPF (Big Piston Fork), amortiguador trasero Öhlins STX40, bomba con manetas regulables (de diseño original, por cierto) y pinzas Brembo M50. El chasis doble viga de aluminio (el basculante también es de este material) no cambia mucho respecto al anterior… ni falta que hace.

Otros detalles cambian, como las dos ópticas “alargadas” que además son tipo LED, que ilumina más y consumen menos. Por cierto, el peso total baja 2 kilos (a pesar de todos los gadgets que hacen falta para pasar la Euro4) y de queda en 166 kilos.

Por si fuera poco, cualquier apasionado de una Triumph en general y de una Street Triple en particular seguro que quiere mejorar y personalizarlas. Por eso la marca tiene más de 60 accesorios como escapes fabricados por Arrow o cambios semiautomáticos…

Prueba  Triumph Street Triple 765 RS: probando

La primera sensación que transmite la Street RS cuando te montas en ella es de compacidad, y cuando la arrancas, de furia.     Te parece estrecha porque el ancho del asiento lo es, y al echar las manos al manillar notas la solidez de la combinación chasis y amortiguación… muy buena esta última, por cierto. Empujas hacia abajo el manillar y sientes como el hundimiento de la horquilla es sólido y controlado. Además, el incremento de potencia de las nuevas Street, y en especial de esta RS, ha animado a los ingenieros y diseñadores a instalar un manillar efectivamente alto, como debe ser en una Street Fighter, pero juraría que menos que antes para que el tronco se incline ligeramente hacia delante y cargue más peso en el tren delantero. De ese modo tienes más agarre sobre la dirección y podrás controlar las ganas de la Street Triple a elevar la rueda delantera acelerando en marchas cortas.

El sonido es el típico de un tricilíndrico deportivo, la mezcla perfecta entre el ronco de un bicilíndricos y el zumbido de los cuatro cilindros. Metes primera y al soltar el embrague notas el tacto algo agresivo de este tipo de motores en marchas cortas, por lo que desde el principio te decides a usar modos de potencia más suaves para rodar en ciudad o en carreteras tranquilas. Otra cosa es cuando llegaron las carreteras reviradas o rápidas, donde puedes descargar toda la adrenalina que tengas almacenada disfrutando del empuje demoledor de este motor en los modos Sport o Track.

En cualquier zona que no sea una estricta línea recta y larga (bastante larga, que ya son 123 CV) te sientes prácticamente invencible, porque la combinación entre facilidad de pilotaje y efectividad deportiva pura y dura está prácticamente dos pasos por delante de cualquier rival directa de su categoría, y en carretera por encima también de muchas de cilindradas muy superiores. Sólo en circuito donde puedas exprimir mucho más potencia puedes llegar a sentir que motores más grandes con más caballos pueden ser superiores, pero sólo pueden… Porque con esta Street Triple entras por donde otras no pueden.

Triumph Street Triple 765 2017 (21)

Además, es fácil corregir trayectorias y el control de tracción funciona como red de seguridad si te pasas con el acelerador.

La frenada es perfecta para un uso en carretera, aunque quizá le falte un punto de mordiente en uso estrictamente deportivo. Es dosificable, progresiva y con gran agarre al final, además de perfectamente regulable con su curiosa maneta de serie. Como extra, la excelente amortiguación de este modelo permite ponerla a punto para que no se hunda más de lo que necesites por agresiva que quieras que sea tu frenada.

Por otro lado su posición es bastante cómoda, pero está claro que estamos sobre una naked y el viento te castigará a partir de 130-140. O sea, que un uso turístico lo acepta bien, pero siempre si mantienes velocidades moderadas que no te terminen machacando el cuello y los hombros. Además, con el escape bajo puedes montar fácilmente alforjas, y debajo del colín no es que te quepa una Biblia, pero si el móvil y una pequeña cartera, por ejemplo.

Ficha técnica Triumph Street Triple RS 2017

También los consumos se mantienen en niveles moderados incluso el uso deportivo. Durante nuestra prueba variaron desde 5,5 a 7,1 en uso ya bastante exigente para la carretera, exprimiendo revoluciones en marchas cortas y muchas reducciones.

Prueba  Triumph Street Triple 765 RS: conclusión.

Perfecta, prácticamente perfecta. No se puede dudar que esta Triumph Street Triple 765 es a efectos prácticos lo mejor de su categoría, y además un precio que a muchos les parecerá razonable (16.150 euros) para las excelencias que ofrece… Aunque a otros puede que no.

Su diseño, prestaciones y electrónica permiten que además tenga un espectro casi inacabable de clientes satisfechos, porque hará igual de feliz al amante de las sensaciones más deportivas y extremas que a aquel que busca empezar a disfrutar de su primera moto grande de carretera. Sólo tienes que elegir la curva de potencia adecuada para tener una moto suave, con un buen radio de giro y fácil de llevar o una verdadera “mata gigantes” en zonas de curvas prácticamente imbatible en conducción “racing”. Todos es cuestión de lo que quieras te propongas.

Desde luego, una de las motos más disfrutables, sino la que más, de todo lo que hoy puedes comprar fabricado en serie.

 

Prueba  Triumph Street Triple 765 RS: LIKE-NO LIKE    LIKE-NO LIKE

LIKE: Potencia.Motor. Estabilidad y tecnología.

NO LIKE: Protección aerodinámica. Precio en linea con su tecnología.