Las botas de moto sufren un problema similar al de los guantes: que gran parte de los motoristas piensan que casi cualquier cosa vale. Si tienes las botas con las que tu padre hizo la mili, pues vale ¿Tienes en el armario unas botas de trekking de hace tiempo?, pues también. Bueno, además de que en verano no es raro ver en los puntos habituales de reunión motorista de fin de semana a chicas con sandalias o algún “piloto” con zapatos de vestir… Pero es otra historia. Centrémonos en la botas de moto para el invierno.
- 1 - Delicado equilibrio
- 2 - Botas para el invierno. Técnica y diseño.
- 3 - Mantenimiento
- 4 - 10 Trucos para elegir unas buenas botas de invierno… Y que lo sigan siendo
Como bien sabrás, la punta de la nariz, las de los dedos de las manos y, sobre todo, las de los pies son los puntos más lejanos del corazón y que, por lo tanto, antes se quedan sin riego sanguíneo, que es lo que antes se congela. Si alguno lo duda, que pregunte a alpinistas o montañeros, ¡que esos sí que pasan frío!
No obstante, cuando montas en esta época, en los pies hay que combinar dos tipos de protección, contra el frío y contra los impactos habituales en cualquier bota de moto. Así, junto al cuero o piezas de kevlar, plásticos indeformables, titanio y otros muchos materiales que aguantan golpes y arrastrones, tenemos que sumar fibras térmicas e inteligentes que nos protejan del agua, del frío, la nieve y el hielo. Piensa que a una velocidad moderada, la temperatura del área de barrido del aire baja fácilmente 10°. Concretamente, a 0° y a 40 km hora, la temperatura en contacto contigo (o sea, la persona que lleva la moto) es de -16° bajo cero. Por supuesto, eso está muy determinado por la capacidad de tu moto desviar el aire con carenados, pantallas, protectores de manos, etc., pero en términos absolutos esa es la cifra.
Por esto, estoy seguro que cualquiera de vosotros que monte en moto de verdad-y con “de verdad” me refiero a todo el año-tiene su equipación más o menos completa, dependiendo siempre de lo que se pueda gastar cada uno, entre la que estarán unas buenas botas que protejan tus pies de la congelación dinámica, que como decía un amigo mío es congelarte cuando estás en movimiento. ¿Y cómo deben ser estas botas? Aquí te lo explico.
En las botas si se usa todavía masivamente la piel como material externo, al contrario que los guantes que para el invierno suele usarse la Cordura o materiales similares. Por supuesto, esta piel tiene que estar especialmente tratada para ser impermeable pero también transpirable para no dejarte los pies cómo dos charcos. Bueno, eso supuso la revolución cuando apareció el Gore Tex.
En cuanto a la parte externa, y como en toda prenda, cuanto menos costuras, menos puntadas y menos puntos por los que el agua y el frío puedan entrar. Lo que ocurre es que una bota necesita muchas piezas y movilidad, con lo que es difícil hacerlo todo de una pieza con la protección necesaria. Por ejemplo, al corte de la bota hay que coserle las protecciones de talón, puntera, etc., aparte de las piezas de la propia piel que la compone. No obstante, cuando las busques, cuantas menos costuras tenga especialmente la parte frontal, mejor.
Por la parte interna, ese corte de piel es donde suele tener incorporada la membrana transpirable del tipo que sea, y la bota por dentro tiene que llevar un forro que te sea cómodo para el pie y que a la vez te aísla del frío. ¡Vamos, lo que era el interior con piel de borrego u oveja de toda la vida, pero con más tecnología!
En cuanto a los cierres, suelen ser de cremallera cubierta por una tapeta que se fija con velcro. Como verás, muy parecido al de las chaquetas. No obstante, también hay muchas botas invernales que son de una sola pieza y que envuelven totalmente al pie y parte de la pierna. Se abre por un lateral, esta vez sí con grandes cierres con velcro, para hacer mucho más amplio el hueco superior por el que introduces el pie. Después lo cierras y todo queda perfectamente sellado y no permite que entre ni un hilo de aire.
Las mediasuelas si suelen-y básicamente deben-ser más gruesas que en bota de carretera o circuito tradicionales, no solamente para resultar más cómodas sino porque así aíslan mejor del frío tanto cuando vas montado como cuando vas andando. Este es uno de los grandes problemas de los que van a grandes concentraciones invernales que duran varios días. Como vayas con botas que no te aislen bien, a mediodía ya tiene los pies azules como los de Avatar.
Ya os he comentado en los anteriores reportajes de esta serie que las prendas técnicas de invierno necesitan un buen cuidado. A este respecto, las botas son algo más complicadas porque no son fáciles de meter en una lavadora, algo que con las medidas adecuadas si puedes hacer con una chaqueta, y sin embargo sí se suelen ensuciar mucho por un principio básico: están cerca del suelo que a su vez salpica barro, agua y lo que pille. No obstante, si son relativamente fáciles de limpiar con un trapo húmedo, y en el interior cualquier modelo de gama media y alta incorpora una plantilla extraible, por la que la puedes lavar o incluso cambiar por una que te aisle más del frío. Este tipo de plantillas son fácilmente encontrables en cualquier gran almacén especializado en deporte.
Por supuesto, no acercarlo a ninguna fuente de calor directo como calefacciones, fogatas ni nada parecido. No solamente pueda afectar a las protecciones externas de plástico, etcétera, sino literalmente derretir los tejidos aislantes y transpirables que son por los que estas usando una bota de invierno. Si te ha llovido mucho y se han llegado a calar, para secarlas introduce en su interior la mayor cantidad de papel de periódico que puedas, y lógicamente déjalo en un sitio en que la temperatura sea razonablemente buena, pero NUNCA una fuente directa de calor.
- Puede sonar tonto, pero asegúrate bien de la talla de la bota, que siempre suele ser algo mayor que tú calzado normal
- Ten en cuenta que al montar en moto en invierno, sueles usar calcetines más gruesos. Cuando pruebes las botas para elegirlas, cálzate unos.
- En las botas no es sólo importante el largo, sino también la horma que determina el ancho. Una bota estrecha es una verdadera tortura en un viaje largo.
- Depende del tipo de moto que tengas y para lo que la uses en invierno, te conviene que las botas tengan la caña más o menos alta. Cuanto más altas, más protegen pero son menos cómodas
- Lógicamente, para protegerse del frío y el agua, el pantalón debe ir por fuera de la caña. Por eso, al elegir las intenta llevarte tu pantalón habitual.
- Como siempre, conviene gastarte más dinero para tener más calidad. En las botas es más difícil que en otras prendas encontrar buenos productos a bajo precio.
- Al guardar las, nunca las dejes arrugadas o aplastadas con peso encima. Destroza las cañas, el cuero, las fibras, etc.
- Para secarlas nunca las acerques mucho una fuente de calor
- Asegúrate que la plantilla interior es extraíble, para poder lavarla aparte o cambiarla si es necesario.
- Si necesitas secarlas, una buena idea es introducir dentro papel de periódico y envueltas en una toalla.
