Macbor tiene muy poco tiempo en su nueva etapa, y ya nos ha dado muestras de cómo hacer buenas motos buenas, bonitas y baratas… pero con la Eight Mile 125 da un paso más.

Foto: Joan Carles Orengo @jcorengo. Macbor.

Equipación: @origine_helmets . @hevik_moto

La gama “retro vintage” (Classic Bikes en su catálogo) de Macbor ya es conocida hace tiempo, pero ahora ha empezado a aparecer en las tiendas, en las calles… y con la prensa. ¡Y en eso estamos! Así que fuimos a la convocatoria de los chicos de Bordoy-fabricante de Macbor e importadores de marcas tan dispares como MV Agusta o NIU- a la presentación de la primera de su gama clásica que es presentada a los periodistas.

Con la base que ya habíamos probado en otros modelos como la Shifter o las custom Rockster, la verdad es que personalmente ya había incluso comentado ideas con los mismos dueños de la marca sobre la idea de desarrollar modelos tan especiales, los cuales estoy seguro que serían bien recibidos por el ingente mercado de los usuarios convalidado de coche, que con tres años con el carné de automóvil pueden disfrutar de una 125.

Pero por supuesto ellos ya lo tenían en mente. Una excelente muestra es esta Eight Mile que pudimos probar en tierras catalanas.

PRUEBA MACBOR EIGHT MILE 125: impactante, sencilla, eficaz

Así es como quiere ser la Macbor Eight Mile 125. Impactante porque su diseño scrambler clásico resulta agradable y atractivo desde el primer momento. Simplemente es encantadora, aunque este no sea un término muy técnico. Líneas generales de Scrambler clásica con muy buenos detalles de terminación, en especial cuando estamos hablando de una 125 con un contenido precio final (2. 995 €, por cierto) fue escape alto lateral, clásico de las Scrambler, fue cambiado a última hora de su evolución porque primero hubo uno lateral convencional y otro bajo el colín, pero la verdad es que el toque clásico del genuino escape elevado a la altura de la pierna con chapas como protectores térmicos le da un toque final espectacular y muy “auténtico”. También el cuadro de relojes es absolutamente “vintage”, con los dos relojes tacómetro y velocímetro con los pocos chivatos obligatorios: intermitentes, largas, reserva y chequeo de inyección ¡Ah!, y parcial. Todo analógico, claro…. ¡Que en  los 60 lo digital no se había inventado!

¿Más detalles retro? Pues sí, porque podemos ver una coqueta cajita de herramientas de forma oval unida al subchasis por el lado izquierdo.

Además, se ha rematado con cariño con elementos como la clásica cinta de amianto rodeando todos los colectores para darle ese toque “racing” sesentero. Sin embargo, también tiene detalles que podríamos denominar “neo modernos” bastante de moda. Por ejemplo, la óptica delantera tiene la forma circular clásica de cualquier Scrambler, pero en su interior vemos luces LED que le da un cierto toque casi futurista. También vemos una gran pinza de tres pistones mordiendo el disco delantero, cuya finalidad es activar su pistón central cuando pises el pedal de freno para tener frenada combinada. Es decir, que se reparte la frenada en ambos ejes al tiempo para reducir la posibilidad de que resbale una de las ruedas

Sencilla porque una 125 enfocada a un usuario ilusionado, pero con poco conocimiento motorista como suele ser el automovilista con carnet homologado, ha de serlo. Por eso, no tiene apenas electrónica y el motor es tremendamente sencillo y eficaz. Es un monocilíndrico refrigerado por aire que, distinguiéndose del resto de la gama de herencia CB 125, aquí la base escogida ha sido la ya súper experimentada Yamaha YBR 125. Motor indestructible como pocos, poco bebedor y muy simple, al que se le haya añadido las actualizaciones necesarias para pasar la Euro 4 y disminuir su consumo que desde luego siempre se mantendrá por debajo de los 3 l. Así podemos ver sensores incrustados  en los colectores a la salida del motor, entre otros.

Asiento cómodo, acolchado, de aspecto retro y bien rematado, con el logo de la marca “repujado”, le da un tacto bien cómodo. Por supuesto, la amortiguación es realmente simple con dos amortiguadores detrás y horquilla convencional, y las llantas no podían ser sino de radios con ruedas mixtas en este caso con medidas 110/90-18 delante y 130/80-17 detrás.

PRUEBA MACBOR EIGHT MILE 125: disfrutando

Y aquí llega la eficacia. Nada más montarte en ella notas que tu adaptación es prácticamente inmediata. La ausencia de electrónica consigue que las piñas se han pequeñas y simples, la ergonomía es casi perfecta con su manillar elevado y su cómodo asiento, con un conjunto bastante estrecho. Además, el peso declarado es de unos espectaculares 126 kilos, por lo que moverla es casi un juego de niños, y si quieres aparcarla tienes también caballete central además de la pata de cabra ¡Buena idea!

Al arrancarla, el precioso escape hace su labor. Su sonido es rotundo y potente aunque, por supuesto, cumple todas las normas de homologación que hagan falta. Al subir de vueltas el petardeo del pequeño monocilíndrico te hace disfrutar como supongo harían nuestros abuelos cuando estas motos invadían las carreteras y caminos. En cualquier caso, me sorprende que la base de este motor provenga del Yamaha YBR, al que recuerdo (hace unos años, es cierto) bastante menos consistente y más aburrido. Ahora parece más suave desde abajo y con un “tironcito” a partir de las 5.000 rpm. El precioso escape tiene amianto y placas separadoras, pero sigues teniendo que tener un poco de cuidado con la rodilla derecha, no vaya a ser que se caliente más de lo debido…

En carretera resulta fácil de meter y cambiar de dirección en curvas por su ligereza, aunque la rueda de 19 tendrá mejores prestaciones en el uso off road “fun” para el que también está dirigido. Como puedes ver en este video promocional de Macbor.

Sin duda, el público al que está dirigido valora toda esta polivalencia, su robustez y bajo consumo (rondando los 3 litros, peor que comprobaremos en una próxima prueba a fondo) pero estoy seguro que su diseño es el que romperá corazones. Desde un padre experimentado (o sea, entradito en años…) al chaval con ese espíritu “hipster urbano” tan de moda,  la chica recién llegada al mundo de la moto y que busca algo bueno, bonito, barato y pintón, no podrán menos que caer rendidos ante esta moto tan simple, atractiva y preciosa.

¿Eres tú uno de ellos?

PRUEBA MACBOR EIGHT MILE 125: LIKE-NO LIKE

LIKE: Diseño. Agilidad. Consumo.

NO LIKE: Potencia pura. Sin ayudas electrónicas.Protección aerodinámica.