Tras el largo verano, ya pienso que tengo que sacar mi chaqueta de invierno para montar, con Gore Tex u otra fibra inteligente, doble o triple forro. De repente, me pongo a escribir y miro por la ventana. Ya no hay sol sino una espesa capa de nubes, y del cielo caen gotas muy lentamente… ¿lluvia?, ¿agua nieve?
Ya no lo pienso, lo hago: me pongo mi chaqueta de invierno para montar en moto.
¿Y tú?

Vayamos por partes, tú y tu moto.

Como empieza el invierno, todos los motoristas de verdad buscan el mismo fin: seguir montando en moto, a pesar del mal tiempo, y lógicamente pasando el menor frío posible. Así que aquí vamos a hacer una serie de artículos para que puedas cumplir su deseo, que es no dejar de disfrutar de tu moto.

Para combatir, como diría Napoleón, al General Invierno, tenemos que plantearnos dos grandes grupos. Primero, lo que es la equipación de ti mismo. O sea, del motorista. Aquí entran los elementos habituales como chaquetas, guantes, forros térmicos, etc. Ahora mismo la oferta es inmensa, por lo que podemos encontrar lo último de lo último, lo más “fashion” y tecnológico, así como también prendas muy buenas, que nos protegerán del frío y a un precio razonable aunque no resulten tan bonitas o impresionen tanto a nuestros amiguetes cuando rodemos con ellos el fin de semana.

En el segundo grupo entrarían todos los elementos que podemos montar a nuestra moto para producir calor o evitar el frío, que os aseguro que no es lo mismo. Una pantalla elevada o un buen carenado desvían el aire frío cuando pilotamos, mientras que unos puños calefactables producen calor donde no hay. Evidentemente, y tú lo sabrás si montas todo el año, no es lo mismo.

Moto y frio… ¿dónde?

No debemos olvidar que nuestra equipación invernal también ha de tener cierta polivalencia. No hace falta explicarlo, pero el concepto de invierno en Almería, en Navacerrada o en Pirineos no es el mismo. Por lo tanto, debemos llevar un equipo que, dentro de los límites, se puede adaptar a los cambios de temperatura y del tiempo en general. Por ello, hace ya años que se inventó el forro interior desmontable, que suele ser térmico y acolchado, y los mejor diseñados también tienen un tacto agradable en la parte interior (o sea, el que está en contacto con nuestra piel) para que podamos usarla incluso con manga corta. Y los últimos tiempos este forro interior ya no es sólo uno, sino varios que forman capas con las que podemos jugar dependiendo de si llueve más, si baja la temperatura o sale el sol.  Vamos, lo que sería un sistema de aislamiento “modulable”.

Básicamente, eso es que, aparte de la carcasa exterior, dentro podremos unir normalmente por cremalleras un corta vientos, el clásico térmico e incluso uno de rejilla. Algunas marcas incluso permiten desmontar parte de esa carcasa externa dejando parte de la chaqueta o pantalón de rejilla, además del cuello el cuello, que pasa de ser alto y forrado a corto. Todo un ejercicio de modulabilidad, como puedes ver en el esquema que adjuntamos en nuestra galería de fotos.

Así, tanto cazadoras como pantalones invernales suelen incorporar cremalleras que son simples pero eficaces aperturas hacia el exterior para aumentar la refrigeración interior por si la temperatura sube.

Fáciles de usar

Otro detalle que no debemos olvidar en las voluminosas prendas para el invierno es que debemos buscar detalles prácticos que nos sirvan para el uso que también damos a las prendas, como transportar pequeños objetos. Es decir, que tengan muchos bolsillos, bien cerrados y a los que sea fácil acceder, tanto en chaquetas como pantalones,  Con esto nos referimos que los tiradores de las cremalleras sean amplios o tengan alargadores, o que las entradas de su bolsillo sean amplias para poder meter la mano incluso con guantes.

Y hasta aquí la primera parte de nuestra serie de reportajes sobre tu equipación invernal ¿Quieres saber más?,¿Cómo debe ser la chaqueta perfecta, la ropa interior caliente (y no pienses mal) o el pantalón con el que nunca pases frio?  Pues no te los pierdas